Ratificando su habilidad sobre ese terreno, el hijo de Le Blues se llevó el Clásico de la Provincia de Buenos Aires (G3), en San Isidro

Llegar al césped fue tocar el cielo con las manos para Lord Roseillon, que desde que dejó la arena se convirtió en un potrillo más competitivo y sin techo a la vista. Había corrido 7 veces en la tierra sin poder ganar el zaino criado por el Haras El Paraíso, pero en la grama salió de perdedor, quedó luego gran tercero en el Gran Premio Jockey Club (G1) y ahora sacó pasaje al Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) quedándose este sábado en el Hipódromo de San Isidro con el Clásico de la Provincia de Buenos Aires (G3-2400 m).

Lord Roseillon confirmó sus condiciones, pero la carrera también sirvió para que Le Blues (Roman Ruler), su padre, también siguiera mostrando que es un reproductor capaz de dar que hablar al que, como sucedió con otros, la pandemia limitó en su despegue.

Rodrigo Blanco (siempre rendidor en este terreno…) dejó último al pupilo de Carlos D. Etchechoury, dejando que Señor Fancy (Don Incauto) corriera adelante presionado. El jockey cordobés sólo buscó a su potrillo en el derecho, cuando atropelló temprano para dominar al líder por los 300 metros y mantenerse adelante de allí en más, llegando a la meta con 2 cuerpos de ventaja sobre el tordillo, de enorme actuación también. A media cabeza, en tanto, Don Trato (City Banker) rescató un significativo tercer lugar, todo tras 2m26s79/100.

En Sally Rose (Sebi Halo), Lord Roseillon hizo lo que pocos habían podido hast ahora durante el proceso selectivo: ratificar condiciones. No hay límite para sus ilusiones, pues con la “llave del pasto” en sus manos, parece capaz de mucho más.