En Keeneland, su carrera se pasó del césped a la arena y con apenas 2 rivales el desarrollo le complicó la táctica; perdió por el hocico

LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- Le faltó nada a la campeona argentina Joy Epífora para ganar su primera carrera en los Estados Unidos este miércoles en Keeneland. La hija de Fortify cayó por apenas el hocico ante His Glory en la séptima prueba del día, un allowance con 61.690 dólares en premios y que se corrió sobre 1700 metros en la arena pesada, dejando su condición original en el césped.

El cambio de superficie sacó del camino a la mayoría de las anotadas, siendo finalmente tres las participantes. Sin embargo, la situación no favoreció a la pupila de Ignacio Correas (h.), pues dejó un panorama ideal a las especialistas en la tierra, sin contar que con tanta escacez de animadoras correr de atropellada siempre es más complicado.

Así, la alazana de La Nora cerró el breve lote durante la mayor parte del recorrido y al pisar el corto derecho del bellísimo hipódromo local arrancó abierta. Descontó e igualó a His Glory, que había perseguido el andar de la puntera Final Cut (Gemologist), pero el disco le negó el triunfo, aunque un salto más y ganaba. El tiempo de 1m44s61/100 deja en claro la competitividad de la prueba.

“La yegua corrió bien, y James Graham -el jockey- hizo lo que tenía que hacer. Le ganó una rival a la que la arena le viene mejor. Estamos conformes, aunque por supuesto que nos hubiera gustado verla ganar”, contó Ignacio Correas (h.), entrenador de la representante nacional.

His Glory, la ganadora, venía de llegar detrás de Joy Epífora cuando sobre el césped se midieron en el Albert M. Stall Stakes (L) y en el Tom Benson Memorial Stakes (L), ambos en Fair Grounds, pero justo es recordar que a los 2 años supo terminar segunda en el Pocahontas Stakes (G2) de Churchill Downs, habiendo cambiado de manos hace algunos meses para representar al MyRacehorse.com y a ser preparada por Joe Sharp.

Joy Epífora quedó cerca y se quedó sin festejo, pero ante circunstancias sobre las que nadie tiene nada que hacer, se acomodó de la mejor forma y luchó a pleno. Le faltaron centímetros para lograr el objetivo. Una lástima.