Sólo alrededor del 10 de febrero se dieron a conocer en Palermo y San Isidro las carreras que se harían en marzo; diagramar una campaña ya es imposible hasta en el corto plazo
Por Diego H. Mitagstein
No es barato tener caballos de carrera en Argentina, para nosotros, claro. Las pensiones varían entre los 25.000 y los 85.000 pesos en los tres hipódromos principales y, aunque los recientes aumentos de premio sirvieron para un respiro, nadie puede olvidar que por varios meses se corrió por muy poco, cifras que casi no dejaban ni para salvar los gastos.
Los propietarios pueden superar con la pasión, la ilusión y las ganas esas cuestiones de la economía casera e hípica, pero merecen poder tener la posibilidad de diagramar con un mínimo de lógica las campañas de sus caballos. Aquí se corre y luego se trabaja a ciegas, pues no siempre se puede saber cuando llegará la próxima actuación o donde se va a correr.
Los hipódromos de Palermo y San Isidro sacaron su programación de marzo alrededor del 10 de febrero, o sea, alrededor de dos semanas antes de que se empiece a anotar para dichas fechas. ¿Cómo se puede preparar un SPC en condiciones de esa forma? Y no contemos que en muchas categorías o directamente no hay opciones o hay que rezar para que no se anulen.
El entrenamiento de un caballo demanda semanas, pero aquí se obliga a la improvisación, a acomodarse a las circunstancias antes que ofrecer cierto margen de planificación. ¿Cómo puede ser que no se pueda tener una carta de entrada, como mínimo, trimestral? Ya no se pide ese calendario anual que en algún momento, con Carlos Martínez de Hoz en Presidencia de la comisión de carreras, presentó San Isidro.
Allí no termina la historia. Se llaman carreras imposibles de llenar (como las de categoría alternativa para 2 años que se vieron hace poco en San Isidro), y otras que de tan cerradas su una fija para quedar por el camino. Se mantiene un sistema tan viejo como el turf, sin abrir el juego y buscar opciones. Handicaps, allowances, carreras de reclamo, sobran las condiciones a las que se puede echar mano para tratar de mejorar la situación.
Hay que buscar alguna salida para los caballos ganadores, para las carreras de distancia, para todas esas pruebas que cuesta armar. En el caso de los fondistas, ¿quién va a preparar a su caballo para correr el tiro si no sabe si tendrá o no carrera en 1 mes?
No es tan complicado lo que se pide. Por el contrario, resultaría lógico para cualquier país menos para el nuestro, donde la lógica no existe y en muchos aspectos la historia pasa por la ley del menor esfuerzo y buscar parches que nos permitan seguir adelante. A los ponchazos…