El hijo de Hurricane Cat se llevó sin inconvenientes el Candy Ride, sobre el césped de San Isidro

Con los potrillos siempre es mejor no apurarse. Dar pasos sólidos, lógicos; cualquier “tranco” en falso puede significar tirar todo por la borda cuando hay calidad para pulir. Claro, no es fácil, carreras como la Polla, el Jockey Club o el Nacional puede ser que se corran una sola vez en la vida, y es complicado decirle que no a esa posibilidad cuando hay material para asumir el reto.

Con Loved By Rose, Daniel y Juan Carlos Cima apostaron a un camino alternativo, a dejarlo crecer en las condicionales antes de enfrentar el reto que este domingo significó el Clásico Candy Ride (L-1400 m, césped). Y la jugada salió a la perfección pues el hijo de Hurricane Cat y Love and Roses (King’s Best) criado por el Haras Vacación tuvo un primer paso jerárquico ideal.

El representante del Stud Ximena tuvo en Francisco Leandro al jockey preciso de siempre, dejando que Polarized (Lingote de Oro) saliera, como en cada una de sus actuaciones, a liderar, aunque sin que tomara demasiado vuelo. La presión sobre el puntero aumentó en el momento preciso por parte de Loved by Rose, que ya en los 400 metros estaba al frente y desde allí se dedicó a manejar el tema casi a placer.

Cargaron Bernie (Luck Mo ney), Tamagochi (Manipulator) y Ager Vaticanus (Ctiyscape), pero ninguno pudo ponerlo en aprietos, escoltándolo en ese orden y a 1 1/2 cuerpo, media cabeza y medio pescuezo. La posición de escolta pudo haber sido para Tamagochi, pero quedó encerrado en plena recta, perdiendo segundos vitales.

Gran favorito, Loved by Rose confirmó en los clásicos todo lo bueno que había mostrado en las condicionales, y ahora su futuro caminará seguramente por la vereda del black-type. Se viene desafíos importantes en la media distancia, como el Anchorena, y habrá que ver si su gente sigue apostando al futuro o decide jugar fuerte de golpe.

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