Campeón Velocista reinante, y vencedor hace menos de 2 semanas de Labrado en el Clásico Irlanda (G3), ya no volverá a competir

Por Diego H. Mitagstein

Después de una reunión con su familia, Walter Roldán, propietario del crack Luthier Blues, tomó la decisión. Costó, fue dura, pero privó lo mejor para el caballo y comenzar a apostar en una nueva ilusión: verlo ser padrillo.

Algunos problemas físicos que arrastra desde hace ya algunos meses, sumado a la imposibilidad de que Brian Enrique, el jockey con el que mejor se entiende y con el que nunca perdió, estuviera en sus riendas el 1 de mayo próximo en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1), fueron algunos de los datos que se tuvieron en cuenta para ponerle fin a una trayectoria tan formidable como cautivante.

Ocurre que Luthier Blues no sólo se destacó por sus capacidades y velocidad destacada, sino por tener el poder único de meterse profundo en el corazón de los aficionados, de enamorarlos y llevarlos a llenar tribunas en casi cada ocasión en que pisó la cancha; ser popular no es para todos, y el hijo de Le Blues logró cruzar ese umbral impenetrable para la gran mayoría.

Nacido un 13 de septiembre de 2017 en el Haras El Paraíso, el grandote de casi 550 kilos se cruzó en el camino de la familia Roldán para convertirse en un integrante más, incluso, desde antes que se hiciera famoso rompiendo relojes en la recta. Como habrá sido que para decidir o no su retiro, “Kirby” organizó una reunión con los suyos, para escuchar el pensamiento de cada uno de ellos.

Siempre con el equipo encabezado por Gonzalo Sarno a cargo de su preparación, Luthier Blues tuvo altos rendimientos desde los 2 años, pero fue a mediados de 2021 cuando alcanzó su mejor nivel, el que le permitiría alcanzar la gloria.

En total compitió en 26 ocasiones, consiguiendo 16 triunfos y totalizando 25.795.450 pesos en premios, ganando los grandes premios Maipú (G1), Félix de Alzaga Unzué (G1), Ciudad de Buenos Aires (G1) y Estrellas Sprint (G1), los clásicos Paraguay (G3), Irlanda (G3) -2 veces-, Coronel Pringles (G3), de las Estrellas Azuleñas, Diamond Jubilee -2 veces- y Jerry Honor, y el Handicap Sorteado.

Además, fue segundo en el Gran Premio Estrellas Sprint (G1) y en los clásicos Paraguay y de las Estrellas Cervantinas, y tercero en los grande spremios Suipacha (G1) y Unzué (G1), y en los clásico Estrellas Junior Sprint (G3) y General Viamonte (G3).

Entre julio de 2021 y julio de 2022 consiguió mantenerse sin derrotas, totalizando 10 primeros puestos consecutivos y, en la última etapa de su campaña, los dueños con su hermano paterno Labrado hicieron las delicias del publico. El potrillo lo venció en las primeras dos ocasiones en que se enfrentaron, con Luthier Blues consiguiendo tomarse revancha el día que se despidió en el Clásico Irlanda.

El futuro del crack estará en la reproducción y son varias las cabañas que tienen la ilusión de ser su hogar de aquí en más (se habla de 3), con las que Walter Roldán está teniendo reuniones antes de tomar un camino final, dato que se conocerá dentro de unas horas, quizás días.

Luthier Blues ya no volverá a correr, a romper relojes ni a llenar tribunas de burreros con ganas de disfrutarlo y aplaudirlo en su vuelta a la herradura. Los Roldán lo extrañarán más que nadie tras hacerlo parte de sus vidas, pero todos debemos quedarnos con la excelente noticia de retirarlo en plena competencia y de que se pensó primero en su bienestar.

Se va al haras el caballo más popular de los últimos años en la Argentina, uno de los pocos que rompió la barrera emocional y convertirse en un poquito propiedad de cada uno de nosotros…