Los dos hijos de New Approach, que además fueron criados y son propiedad del entrenador, coparon el marcador de las Irish 2000 Guineas (G1) este sábado en The Curragh

COUNTY KILDARE, Irlanda (Especial para Turf Diario).- Ese cuidadorazo llamado Jim Bolger eclipsó con dos de sus potrillos el final de las Irish 2000 Guineas (G1), corridas este sábado sobre la milla de césped casi pesado de The Curragh, la Catedral del turf local.

Ganó Mac Swiney, que recobró la potencia que había mostrado sobre el cierre de 2020, para tomarse revancha de su compañero y hermano paterno Poetic Flare y dejarlo a las puertas de ganar las dos Guineas -había vendido en las inglesas-, como Churchill (Galileo) en 2017.

Fue un final tremendo, fantástico, en el que Poetic Flare sostuvo el primer lugar hasta faltando muy poquito para el disco, cuando ya no pudo resistir la presión de Mac Swiney, el mismo que en Doncaster se había hecho conocido venciendo en el Vertem Futurity Trophy (G1), y que se había sacado la reprise de encima llegando cuarto de Bolshoi Ballet (Galileo) en el Derrinstown Stud Derby Trial Stakes (G3), 13 días atrás en Leopardstown.

Con Mac Swiney corriendo más lejos de las tribunas que Poetic Flare, los dos potrillos se brindaron por completo para llegar al disco en ese orden y con media cabeza de diferencia entre ellos, mientras Van Gogh (American Pharoah) era tercero a otros 3 1/4 cuerpos como el Ballydouyle Boy mejor colocado de las tres cartas de la casa irlandesa. Un dato: hace 4 años que Coolmore y Aidan O’Brien no ganan las Irish 2000 Guineas; debe ser un récord.

Lucky Vega (Lope de Vega) quedó cuarto como favorito y habrá que decir que Battleground, el hijo de War Front y la crack Found (Galileo), no estuvo en los partidores. El tiempo de la carrera fue de 1m41s32/100, acorde con las condiciones duras del terreno, normalidad plena en estas tierras.

En las riendas de Mac Swiney estuvo Rory Cleary para ganar por primera vez la carrera, y sus palabras posteriores fueron lógica emoción: “Es difícil describir lo que siento, imposible diría. Es un caballo muy especial y era un Classic muy especial en el que tenía la posibilidad de montarlo. Largó y vino siempre tan fácil que me encantaría que siempre fuera así. No tengo palabras para con Jim Bolger, que me permite estar en su equipo y tiene una lealtad conmigo indescriptible. Es una leyenda, y un caballero”.

Jim Bolger, que nunca había ganado las Guineas y, paradójicamente, no estuvo hoy en The Curragh para ver a los dos potrillos que entrena, crío y de los que es propietario junto con su esposa alcanzar un maravilloso 1-2. Entrenador fantástico, de los más exitosos y respetados del turf europeo, tuvo un  día de gloria. Pocos lo merecen tanto como él.