La carrera continental cambia sede y fecha para el año próximo; la noticia sería anunciada en breve por OSAF

Todavía está fresquita la decisión, incluso no es oficial, pero esta semana hubo noticias sobre la suerte del Longines Gran Premio Latinoamericano (G1) 2021. La Organización Sudamericana de Fomento del Sangre Pura de Carrera (OSAF) maneja un cambio de fecha y sede para la carrera el año próximo, y quedan ajustar sólo algunos detalles para que se ofrezca el parte de prensa que lo confirme.

La competencia mejor dotada de Sudamérica, y que desde hace ya un tiempo suele nuclear a los mejores ejemplares del continente, se correría el domingo 24 de octubre en el Hipódromo Nacional de Maroñas, en Uruguay, en reemplazo de Monterrico, que iba a recibir el trofeo en marzo, como estaba planeado originalmente; las cuestiones inherentes a la pandemia de Covid-19 y que, se estima, recién para mediados del próximo calendario encontraría algo de normalización, una vez que la vacuna sea una realidad y haya podido ser aplicada masivamente, sería la razón principal de la decisión que no tardaría en ver la luz.

Por fortuna, otra vez con Longines como auspiciante, la versión número XXXVII del Latinoamericano tendría una bolsa de premios de 300.000 dólares, y volvería a estar acompañado por la Longines Cup, para yeguas y con un mínimo de bolsa estipulado en US$ 54.000, que es la cifra que aportará la OSAF; además, habrá que sumarle el dinero que el principal circo de carreras uruguayo estipule como recompensa y que, se estima, será elevado.

Así, Maroñas sería sede del evento por cuarta vez, tras haberlo recibido para su versión inaugural, en 1981 y cuando cruzó el disco adelante el brasileño Dark Brown (Tumble Lark), y también en 2006 y 2018, ocasiones en las que el triunfo correspondió a los argentinos Latency (Slew Gin Fizz) y Roman Rosso (Roman Ruler), respectivamente.

De confirmarse el plan, el viejo y bellísimo circo del Barrio Ituzaingó alcanzaría al Club Hípico de Santiago por cantidad de veces que recibió la prueba, y dejaría atrás a los hipódromos de La Plata, Cidade Jardim y Gávea, el primero en Argentina y los dos restantes en Brasil.

El Gran Premio Latinoamericano, que desde 2014 cuenta con el auspicio de la marca de relojes francesa Longines, es una carrera única en el mundo por su característica de ser itinerante, y de incluir participantes de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Perú, que son designados por cada uno de los miembros de OSAF, ya sea por acuerdo o en las carreras designadas como clasificatorias.

Su más cercana edición, disputada el 14 de marzo último en el Hipódromo de San Isidro, ya se corrió con restricciones para el ingreso de público, pues comenzaba el brote de Covid-19 en la Argentina; a los pocos días, la actividad entraría en un stand by de seis meses. Ese día, la victoria quedó en poder de la delegación local y a través de Tetaze (Equal Stripes), que sobre la grama pesada aventajó a su compatriota Miriñaque (Hurricane Cat).

Para 2022, la opción principal es que el Latinoamericano regrese a la arena del Hipódromo Chile, que no oficia como sede desde 2013, cuando fue la yegua local Sabor a Triunfo (Dance Brightly) la que levantó el hermosísimo trofeo.

Pues, será cuestión entonces de aguardar por la confirmación oficial de un plan que ya tendría la aprobación de las entidades que conforman la OSAF y que pondría fin a la incertidumbre que desde hace unos meses circula con la suerte que correría la versión 2021 de la prueba continental. La pandemia trastocó muchos planes, pero salvar el Latinoamericano de la próxima temporada, sería, sin dudas, una buena noticia…

Diego H. Mitagstein