El hijo de Ilusor amplió su seguidilla de victorias a 4 quedándose en la arena del Hipódromo de San Isidro con el Clásico Juan Lapistoy

Martell no será una de esas máquinas que Juan Lapistoy ponía a punto en las mañanas del Campo 2 del Hipódromo de San Isidro, pero es un caballito bien macanudo, tanto como para ganar fácilmente la carrera que el circo del Jockey Club utilizó para recordar a un verdadero mago de la cuida en la Argentina, un ícono; un crack.

El clásico fue pan comido para el hijo de Ilusor, que le dio continuidad a una ya muy interesante racha de cuatro triunfos consecutivos y que ya va dando razones para pensar en que si pide pista para llegar a las carreras de grado, estará en todo su derecho.

El hijo de Ilusor, aquél buen Parade Marshal que ganó la Polla de Potrillos (G1) de Palermo al cuidado de Roberto Pellegatta, portando no casualmente también los colores del Stud Aladino, no se hizo problema por portar el peso máximo de 59 kilos ni por cambiar de jinete, con William Pereyra en reemplazo del lesionado Francisco Leandro. Cuando entró en acción en la recta final, su aceleración fue imparable para los 7 rivales que le salieron al cruce, dominando con mucha solvencia y destruyendo ilusiones ajenas.

Shamgar (Catcher In the Rye, 59 terminó escoltándolo desde 2 1/2 cuerpos, con el tres años Fond of Him (Orpen, 54) en tercero a media cabeza y el puntero Emblem Three (Easing Along, 58 1/2) clausurando la cuatrifecta a otros 4 largos, cansándose tras marcar el paso con parciales vivos, tanto que fueron la base para el positivo 1m10s20/100 que terminó por emplear el ganador.

A dos éxitos condicionales con los que abrió el 2021, Martell le había sumado en el fangal de Palermo el Handicap Intérprete, dando ahora otro paso adelante y quedándose con el Clásico Juan Lapistoy, con la particularidad de que cada una de las seis victorias que colecciona a la fecha las consiguió en 1200 metros de arena.

En Mani Corsa (Manipulator), y de la cría de Víctor Manuel Varela Vaamonde, Martell es mucho más que facha, ayudado desde su atalaya platense por el efectivo entrenador Luciano Cerutti.