El jockey argentino montará al tordillo la próxima semana en Arabia Saudita y se ilusiona con una gran actuación

Por Diego H. Mitagstein

Gustavo Calvente tiene el celular en la mano y lo mira cada dos minutos. Le gana la ansiedad de la aventura enorme que tiene por delante. Espera de un momento a otro el E-Ticket para viajar en unas horas hacia Riyadh, Arabia Saudita, donde se dará “el lujo”, como él mismo dice, de correr al campeón argentino Miriñaque en el The Red Sea Turf Handicap, una carrera con 3000 metros de recorrido sobre el césped y que tendrá una bolsa de premios de 2.500.000 dólares, una montaña de plata.

Su cabeza está a 2000 revoluciones, y su corazón latiendo a 200 kilómetros por hora. “No me importa qué viaje tenga que hacer. Voy a la luna y bajo si hace falta con tal de estar”, bromea con el cronista en lo que será la previa a su primera experiencia profesional fuera de Sudamérica. “Corrí en Perú, Chile y Uruguay, y un par de veces estuve muy cerca de hacerlo en los Estados Unidos, cuando clasificamos con Kiriaki (Catcher In the Rye) para la Breeders’ Cup, aunque después no pudimos ir”, recuerda.

Calvente está en una nube, dispuesto a tener como regalo de cumpleaños (llegará a jóvenes 34 el 19 de este mes) competir en la élite del turf mundial y mezclado entre muchos de los profesionales y caballos más destacados del planeta. “Será una experiencia única. Estoy super agradecido con los propietarios -Alberto Ibañez y Rafael Pascual- y con María -Muñoz, su entrenadora- que me llamaron y me ofrecieron esta posibilidad maravillosa. Es una vidriera hermosa para cualquier de nosotros. Estas cosas las vemos de lejos, por internet, las admiramos y soñamos con alguna vez poder estar; ahora se me va a cumplir, ¿qué más puedo pedir? De pensar que voy a estar ahí ya me vuelvo loco, no tiene precio”, suma Gustavo.

El jockey conoce a Miriñaque, aunque de haber competido en su contra, ya que nunca lo llegó a montar: “Es un pingo. Vos lo ves en la redonda y no te dice nada, porque es medianito, manso, pero corre como un loco. Le gané en el Latino con Tetaze (Equal Stripes), pero me ‘partió el lomo’ varias veces”, lanza entre sonrisas.

Tiene todo estudiado Calvente, bien profesional ante semejante reto: “Obviamente que no será una carrera fácil, hay caballos buenos de Europa, pero él tiene como condición correr mucho y que le encanta galopar. En Estados Unidos, su carrera sobre 2800 metros fue espectacular, pero en menos distancias sus actuaciones allá no las podés tener en cuenta del todo. Hay mucha velocidad y cuando aceleran lo dejan parado; son ritmos distintos. Es como acá cuando tenés un caballo al que le viene bien mover en los 1200 y es rápido, no lo podés seguir. Pero en Arabia tendrá muchos metros por delante para acomodarse y se lo va a poder correr ‘sin compromiso’. Ese tipo de clásicos se galopa y vos ves como se van desmayando temprano la gran mayoría; A Miriñaque pulmones le sobran. Va a estar Call the Wind (Frankel), que ganó el año último, pero me parece que no está en el nivel de ese día, al menos, sus últimas actuaciones fueron bastante flojas en Francia”.

Asegura que va a correr a Miriñaque con toda la fe del mundo y que tiene la ilusión de que después vengan más experiencias semejantes: “Si rinde lo que esperamos, seguramente corra la carrera larga de Meydan, el día de la Dubai World Cup, y eso también me entusiasmó mucho para ir. Acá en Argentina hablé con Santa Inés y Juan Antonio, las caballerizas con las que tengo compromiso, y me dijeron que no me perdiera la oportunidad y que lo disfrutara. Y también que vuelva”, finaliza antes de soltar más sonrisas.

Para Gustavo que haya viajado Sergio Toscani para dar los últimos galopes a Miriñaque es un dato importantísimo: “No hay nadie que lo conozca como él. No hubo un día en que no lo haya subido mientras María lo preparó en Palermo. Si respira mal se va a dar cuenta, si le duele algo se va a dar cuenta, si siente el mínimo detalle y no le gusta, se va a dar cuenta. ¿Sabés la ventaja que eso eso? Miriñaque tiene fondo y juventud y por eso tengo las mejores ilusiones”, cuenta antes de despedirse, dejando más que en claro que si hay algo que le sobra de cara a una patriada tan dura como la que le espera, es la confianza.