El tordillo correría un clásico menor antes de fin de año, para luego disputar el William L. McNight (G3) en Gulfstream Park y con Francisco Leandro “up”

El equipo del campeón argentino Miriñaque sueña grande; se aferra con fuerza de la última gran actuación que cumplió en los Estados Unidos y diagrama una campaña para 2021 que podría comenzar a finales de esta temporada, para luego ir creciendo paso a paso y con un par de objetivos interesante y millonarios para concluir el primer trimestre.

El mejor potrillo de su generación en Argentina, donde ganó los grandes premios Polla de Potrillos (G1) y Nacional (G1), un par de tropezones en sus primeras dos gestiones en el norte encendieron la señal de alerta, pero con su corazón grande el tordillo aplacó las inquietudes corrieron realmente bárbaro el Thoroughbred Aftercare Alliance Stakes (G2), el viejo Marathon, en Keeneland, dominando al promediar la recta y cediendo ante la atropellada de Rocketry (Hard Spun) y quedar segundo a 1 cuerpo.

María Muñoz tuvo a su cargo al hijo de Hurricane Cat hasta hace muy poquito, y ahora, a la distancia, hace tándem con Wesley Ward, que lo atiende en su caballeriza de Keeneland, donde viene trabajando suave desde la actuación el día de la Breeders’ Cup. Desde entonces se le cronometraron 2 ensayos sobre 1000 metros, el último el 27 de noviembre y recorriendo esa distancia en cómodos 1m3s20/100.

Cuenta María: “El caballo quedó por suerte muy bien después de competir y más o menos ya tenemos diagramado un plan para lo que viene. El sábado 19 de diciembre en Aqueduct tenemos el The Queens County Stakes, sobre 1800 metros en la arena, y el 26 en Laurel Park el Native Dancer Stakes, en la misma distancia, y con eso cerraríamos su 2020”.

Pero, cuando llegue el nuevo calendario, siempre si todo va bien, claro, las expectativas empezarán a subir: “El 23 de enero tenemos la idea de correr en Gulfstream Park el William L. McKnight Stakes (G3-2400 m, césped), y para ese día, en el que se disputará la Pegasus World Cup (G1), la idea es que Francisco Leandro viaje especialmente para conducirlo; de hecho, ya le sacamos pasaje para que se pueda dar. El lo conoce mejor que nadie”.

María deja muy buenas referencias de Ward, reconocido por sus importantísimas victorias con precoces y velocistas, y se entusiasma a medida que la conversación avanza. Se le nota la confianza en su campeón, en el caballo que le dio todo y que la hizo entrar en la historia.

El William L. McKinght podría ser el pasaporte para que Miriñaque emprenda una excursión lejana y apasionante, con la idea de cumplir dos objetivos de los más importantes que existen alrededor del planeta turf cuando se habla de caballos adultos.

“Nuestra idea es viajar hasta Arabia Saudita, para después pensar en seguir camino hacia Emiratos Arabes Unidos para soñar con el Carnaval Internacional. Está lejos, pero es el fin del plan para el primer trimestre que nos trazamos, después de correr ahora en unas semanas”, agrega María con una ilusión que llega hasta el cielo.

Con Miriñaque hay un punto a favor: su ductilidad. Con él se puede pensar en cualquier carrera entre los 1800 y los 2400 metros, por lo que la Saudi Cup y la Dubai World Cup no salen del horizonte, aunque el Dubai Sheema Classic (2400 m, césped) y el Mohamed Yousuf Naghi Motors Turf Cup (2100 m, césped) estarían hoy ganando la preferencia.

María Muñoz y Miriñaque miran el horizonte pensando en conquistar el mundo, esperando que el tordillo se muestre tan competitivo como para viajar lejos y correr las dos carreras más fuertes del mundo en el primer semestre. Su corazón habilita cualquier esperanza.

Diego H. Mitagstein