El piloto esperó el momento justo para cortar el audaz vuelo de Winery (Fire Slam) en el Handicap Dr. Ignacio Pavlovsky (2000m, césped)

La palabra Pavlovsky debería enviarse a la RAE como “candidata” a sinónimo de turf. Al respecto podríamos mostrar a los catedráticos españoles que este miércoles en San Isidro se llevó a cabo el Handicap Dr. Ignacio Pavlovsky (2000 m, césped), y como ese duelo lo ganó la familia Etchechoury, incluso hasta podríamos animarmos a preguntar en Madrid si no hacen “dos por uno” en sinónimos. Les diremos que ambas familias trajinan canchas, haras, programas, tribunas desde siempre, y tienen fotos de pesajes para llenar una guía telefónica. Tal vez tengamos suerte.

En fin, mientras definimos los “aspectos formales” del pedido, digamos que la carta del clan Dany para llevarse esa prueba fue la de Mr. Globalizado (Global Hunter), cómodo en el rol de atropellador que se le conoce, y más cómodo todavía ante el accesible perfil de los rivales que le habían tocado en suerte. 

Adrián Giannetti aportó un trabajo impecable, apegado al manual trajo al zaino del stud Emine entre los últimos, lo dejó galopar distendido no muy cerca de los palos, y cuando entraron a la recta hizo “la gran Pablo Gustavo”, permitiendo que el hijo de la clásica Miss Kelly (Honour And Glory) quedara escondidito la primera cuadra, para cargar en el momento justo. A la altura de los 300 metros entró en clímax el zaino, que fue en busca del osado punterito Winery (Fire Slam), sureño “by Cumeneyen” que trató de emular el asesinato de fierreros cometido en noviembre, cuando fue a las fotos a 44 por unidad…

Esta vez vino de la mano del juvenil aprendiz José Espinoza, para aprovechar esos 51 kilos que le obsequiaron en el análisis previo considerándolo decorativo, pero el nieto de Catcher In The Rye cumplió una tarea soberbia, mostrando el camino con audacia y en la recta siguió escarbando con buen ritmo, al punto que solo el favorito consiguió doblegarlo en la cuadra final, aventajándolo por un largo y medio. La gran tarea del pingo de Tartaglia incluyó que luego de haber venido adelante, en el siempre complicado esfuerzo final del repecho norteño volvió a sacarle luz a Champ Freud (Freud) que lo había emparejado por dentro en los 300 dando la impresión de que iba a dominarlo. 

De allí entonces el elogio a Giannetti, porque la manera en que jugó con precisión la carga del Global Hunter fue el que le terminó dando una comodidad al final que pudo estar en riesgo si Adrián no operaba con la frialdad de un cirujano. Porque fue en esa cuadra final donde el enorme valor de aquella “gran Pablo Gustavo” del inicio de la recta se midió en todo su esplendor.

Detrás de Champ Freud, tercero a un par de cuerpos de Winery, completaron las chapas el interminable Seulement (Catcher In The Rye), el esta vez bastante tibio Punto y Banker (City Banker), del que se esperaba mucho más, y Four Talent (Got Talent). 

Y otro del que se esperaba más y solo pasó por el norte para saludar fue El Rejusilo (Cima de Triomphe), quinto un pedazo del opuesto y nada. Le está costando el plano jerárquico más de lo pensado…