De punta a punta y con soberbia acción batió por 4 cuerpos a Wild Stream en un tiempazo

Difícil de encontrar una actuacion tan perfecta como la que le permitió a Mucha Chance convertirse en el brillante ganador del Clásico Otoño (G2-2000 m, arena), la prueba con la que arrancó el sábado último en el Hipódromo de Palermo el Campeonato de Oro.

Tremendo, descollante fue lo del hijo de Freud, ejemplar con sus temas físicos pero que, cuando está en plenitud, es serio sin cuento. Imposible pensar que el mismo zaino que se impuso de punta a punta y a placer en el pico  máximo de emoción de una tarde de alto vuelo, haya llegado sólo unas semanas antes cuarto en un limitado handicap, sin ser rival nunca.

Wilson Moreyra se jugó desde la suelta con Mucha Chance, confiado en su categoría y en su buen estado general. Lo ubicó al frente, sacó ventajas y movió ni bien llegó a la recta final, sin darle respiro a ninguno de los muchos duros rivales que corrían a sus ancas.

Semejante demostración tuvo una resolución que llegó mucho antes del disco, pues ya frente a las tribunas su victoria estaba fuera de toda discusión, salvo una desgracia. Siguió escarbando firme hasta lograr el objetivo y vencer por 4 cuerpos a Wild Stream (Boboman), con Solo Un Momento (Orpen) en tercero a dos más, empleando la brillante marca de 1m59s10/100, 2 segundos y medio más rápido con respecto al tiempo que luego emplearía Irisa (Pure Prize) para llevarse un rato más tarde el Clásico Bullrich (G2) y lejos del record que ostenta El Margot (El Garufa) desde 2016, cuando recorrió los dos kilómetros tras 1m57s85/100.

Mucha Chance corrió como loco para llevarse el Otoño y su gestión lo convirtió en un candidato fuerte hacia el gran desafío que el 1 de mayo representará en la misma distancia y pista el Gran Premio República Argentina (G1). Sin ninguna duda.