La hija de Anabaa tenía 16 años y cumplió una campaña enorme, ganando 14 pruebas de G1 y 3 veces el Breeders’ Cup Mile (G1)
Siempre venía agazapada, esperando, midiendo a sus rivales. Pero cuando llegaba la hora de la verdad, era dinamita pura, explotando con su atropellada para pasarlos a todos de largo y, casi siempre, ganar. Goldikova, una yegua maravillosa, única, de las mejores de la historia, ya es leyenda. La zaina de las apariciones velocísimas, la que cautivó al mundo, murió a los 16 años, según anunció esta mañana Pierre-Yves Bureau, manager de Wertheimer et Frere.
“Me sentía Valentino Rossi cuando la corría”. Su aceleración era como la del un Fórmula 1 o del Moto GP”, graficó al Racing Post Olivier Peslier, su jockey siempre, en una analogía tan brillante como la propia hija de Anabaa y Born Gold (Blushing Groom), ganadora de 14 carreras de G1 en su campaña, incluídas las ediciones de 2008, 2009 y 2010 del Breeders’ Cup Mile (G1) en los Estados Unidos, todo un récord, a lo largo de 5 temporadas de actuación con la chaquetilla de Alain y Gerard Wertheimer y preparada por Freddy Head en Chantilly.
Además de aquellas victorias, Goldikova se impuso en el trascendente Prix Jacques Le Marois (G1), en Deauville, y también en el Queen Anne Stakes (G1) de Royal Ascot, en Inglaterra, sin olvidar sus conquistas en el Prix Rothschild (G1) -¡en 4 ocasiones!-, en el Prix du Moulin de Longchamp (G1), en el Falmouth Stakes (G1) y en el Prix d’Ispahan (G1), que se llevó por duplicado.
Sobre 27 salidas, Goldikova terminó adelante en 17 de ellas, con 6 segundos y 3 terceros, totalizando en premios 7.176.551 dólares, trayectoria que le valió ser considerada Campeón Caballo Adulto en Europa en 2009 y 2010, Campeón Yegua En el Césped en USA en 2009 y 2010 y Caballo del Año en Europa en 2010, ingresando en 2017 al Salón de la Fama de la hípica del norte.
“Estoy muy triste, ella era parte de nuestras vidas, de nuestra familia. Corrió hasta los 6 años y estuvo en mi caballeriza por 5 temporadas, por lo que todos sentimos mucho aquí su muerte”, contó apesadumbrado Head, que confesó que todo su personal tuvo una mañana de baja intensidad. “Era una yegua fuera de lo normal, que tenía atributos físicos extraordinarios. Nunca en todo el tiempo que la prepararé tuve que darle descanso, estaba hecha de acero. Podía tomar el entrenamiento y las carreras como pocos caballos. Era excepcional”, sumó.
Goldikova fue retirada de las pistas en 2011, después de terminar tercera en su intento por sumar un cuarto Breeders’ Cup Mile, y desde entonces produjo 7 crías. La mejor de ellas hasta el momento fue Terrakova, por Galileo, que en su segunda salida se llevó el Prix Cleopatre (G3) y además finalizó tercera en el Prix de Diane Longines (G1), en 2017.
Goldikova estaba vacía al momento de su partida, pero sus dos últimos hijos están ahora en entrenamiento con Carlos Laffon-Parias. Se trata de Goldistyle, una potranca por Dubawi, y de Lehman, un macho por Galileo que acaba de cumplir los dos años.
Goldikova fue una yegua de esas que escriben la historia del turf grande, irrepetible, a la que se va a extrañar muchísimo. Un ícono del turf francés, pese a haber nacido en Irlanda. Lo ganó todo y era adorada por el público, que llenaba tribunas para verla en acción. Para disfrutar de esa atropellada tan majestuosa como conmovedora; de verla hacerse chiquitita para que su corazón se ocupara del resto. Grande es la tristeza por la partida de una crack sin igual, tanto como la alegría de haberla podido disfrutar. Chapeau.