Referencia de la cría mundial, su genio limitó un tanto su campaña de pistas, pero luego se destacó en el haras siendo campeón padrillo tanto en Inglaterra como en Estados Unidos

Toda aldea tiene un borracho y un loco; el loco de la aldea turf fue, por mucho, Nasrullah (1940, Nearco en Mumtaz Begun por Blenheim). Transmitió sostenidamente a su descendencia, sobre todo a sus hijas, su genio y sus berrinches, pero también les transmitió una calidad superlativa que aún hoy domina parte del turf mundial.

Pero, además de su locura, tenía “algo” que se percibía ante su presencia. Fue la obsesión de uno de los grandes criadores americanos, Bull Hancock, cabeza por aquel entonces de Claiborne Farm, cuya insistencia de años para poder llevarlo a los Estados Unidos finalmente rindió sus frutos. Se pareció mucho a la historia del gato y el ratón: Nasrullah corrió con los colores del Aga Khan y a él le hizo, sin saberlo, una oferta inútil pues una semana antes se lo había vendido a Joseph McGrath quien lo llevó a Irlanda. Un año después Hancock, junto a Woodward y E.P. Taylor hicieron una nueva oferta de 100.000 libras justo un día antes de que Inglaterra devaluara su moneda y todo quedó en la nada.  Finalmente un año después, en 1950, Hancock cerró la operación con McGrath por 340.000 libras esterlinas (unas 3.200.000 de hoy) y un servicio por año.

Así el hijo de Nearco, que para entonces ya era un éxito en la cría, llegó a América para dejar su nombre grabado en piedra.

Pero volvamos algunos años atrás en el tiempo. Resulta difícil describir cabalmente su falta total de profesionalismo como corredor que tanto antes como durante las competencias supo demostrar con creces. En general se negaba a abandonar la redonda para montar otro show camino a la partida ante la mirada atónita del público y, sobre todo, de sus apostadores.

Una vez en carrera su comportamiento no era menos tóxico.  Para no extenderme demasiado sobre este particular señalaré que, una vez en carrera, cuando alcanzaba la punta y no veía caballos adelante, faltase la distancia al disco que faltase, perdía interés y se “paraba” mandándose al bombo a sí mismo . Si eso no es locura, la locura donde está.

Al principio, en su campaña de 2 años actuó como un caballo de carreras normal; debutó tercero para salir de perdedor 12 días después ganando el Coventry Stakes -donde batió al ganador del Derby del año siguiente, Straight Deal, completando su esa campaña con otro triunfo de black type y un tercero en el Middle Park Stakes. Ese año fue declarado campeón inglés de 2 años.

En su retorno como 3 años afloró lo peor de su “personalidad”. En el Chatteris Stakes dió la primera señal de lo extraño de su genio primero en el canter y después en la competencia, donde se paró luego de dominar aunque ganó con el envión, pues había alcanzado a sacar un par de cuerpos de ventaja.

Llegaron las Dos Mil Guineas y con ellas una de sus peores demostraciones: dominó faltando doscientos metros, perdió interés y dejó de correr a pesar de los desesperados esfuerzos de su jockey Gordon Richards. Terminó cuarto.

En el Derby “repitió”: dominó con suficiencia y, en lugar de estirar ventajas, se desentendió llegando tercero de Straight Deal y su compañero de sedas Umiddad en un final ajustado.

Antes del St. Leger completó formas ganando con desgano el Cavenham Stakes pero en la última gema de la Triple Corona inglesa falló completamente sin puntear en ningún momento, quizás por su falta de stamina.

Su despedida de las pistas fue con triunfo en el Champions Stakes aunque la forma en que lo concretó dice mucho de lo difícil que era lidiar con él; Richards, que ya lo conocía, esperó hasta último momento para pasar al frente y, cuando Nasrullah comenzaba a disminuir su tranco, ya estaban en el disco.

Cerró su labor en las pistas con 5 triunfos, un segundo y un tercero en 10 carreras corridas. La opinión generalizada de aquella época consideraba que el hijo de Nearco no había demostrado durante la campaña su verdadero potencial. Pero sostener un contrafáctico como ese termina siendo un ejercicio intelectual y no mucho más que eso.

De físico imponente (casi 1,68 mts. de alzada), notable musculatura- especialmente en los garrones- y gran balance, tenía un cuarto trasero poderoso, característica que transmitió a la mayoría de su descendencia.

Lideró rankings a ambos lados del Atlántico pues ganó la estadística inglesa de padrillos en 1951 y la de sementales americanos cinco veces: en 1955, 1956, 1959, 1960 y 1962. Terminó con 23% SW/crías, un número de otro planeta.

Su genética es de lujo. Presenta Factor Rasmussen de 5×5 en Canterbury Pilgrim (a través de Chaucer y Swynford) y un refuerzo de dos líneas de St. Simon que aporta su madre Mumtaz Begum suplementando las cuatro de Nearco para un linebreeding equivalente a 4×5.

Más allá de Nearco, Mumtaz Begum merece, de por si, una nota dedicada a ella, sus ilustres ancestros y su descendencia ligada siempre a la clase. Su madre, la tordilla Mumtaz Mahal, conocida por su apodo de “potranca voladora” (the flying filly) fue campeona 2 años y campeona sprinter en Inglaterra y es hija de la gran Lady Josephine (madre también de Lady Juror que en el pedigree de Forli configura un Factor Rasmussen de 4×4), considerada, naturalmente, una clásica fuente de velocidad.

La primera cría de Mumtaz Begum fue Sun Princess (por Solario) que a su vez, cruzada con Nearco diera a Royal Charger, cabeza de la línea Hail to Reason/Halo y hermano ¾ de Nasrullah. Además Mumtaz Begum es medio hermana de Mah Mahal (por Gainsborough) madre del ganador del Epsom Derby Mahmoud, otro padrillo de gran influencia derivado de esta soberbia línea materna.

Algunos nombres que el díscolo Nasrullah dio al elevage mundial hablan por si solos de su influencia eterna en los pedigrees modernos: Bold Ruler, Fleet Nasrullah, Never Bend, Never Say Die, Nashua, Nantallah, On-and-On, Grey Sovereign y Red God mientras que entre las excelentes madres que produjo, se encuentran Courtesy, Dangerous Dame, Delta, Natasha, Glamour, Leallah, Musidora y So Chic.

Bold Ruler, que superó a su padre ganando 8 veces la estadística de padrillos en USA, dio a Secretariat, en tanto su hijo Reviewer nos legó a Ruffian, ambos considerados el mejor macho y la mejor hembra que dio el turf americano en el siglo XX. Nada mal.

Para la próxima, el rey de reyes: Northern Dancer.

Ing. Agr. Claudio Brandoni

Twitter: @melquiades2602