El potrillo forma parte de la última camada del notable padrillo que llegó a la Argentina de la mano de la Estación de Montas La Mission y que murió a sus 19 años en 2019

Por Diego H. Mitagstein

Más allá de su rápido y triste final, la Estación de Montas La Mission fue un episodio revolucionario para el turf argentino, movilizador, tanto que hasta ya parece salido de otros tiempos, quizás, comparable con la belle époque del elevage nacional, cuando que llegara un ganador de las Guineas inglesas no sonaba raro ante el poderío económico de un país en auge.

Por el campo de Solís donde hoy se ubica La Mission Robles pasaron Giant’s Causeway (Storm Cat), Thunder Gulch (Gulch), Honour and Glory (Relaunch), Hennessy (Storm Cat), Johannesburg (Hennessy), Grand Slam (Gone West) y tantos otros reproductores que hoy no tendrían ninguna posibilidad de pisar nuestras tierras. Entre tanto crack hubo un caballo que llegó en silencio, casi “de regalo” y que terminó transformándose con el paso del tiempo en, para muchos, el más grande aporte que realizó el entrañable emprendimiento.

Catcher In the Rye, de él se trata, iba “para completar los paquetes” según recuerdan hoy muchos involucrados en la estación de montas, pero terminó revelándose como un reproductor de los más generosos de los últimos tiempos, un mejorador, el mismo que el sábado último se dio el gusto de ganar su primer Gran Premio Nacional (G1) con una de las crías de su generación final: Niño Guapo.

Por Danehill y Truly a Dream (Darshaan) y segundo en la Poule d’Essai des Poulains (G1) francesa en 2003, el zaino empezó sirviendo en Irlanda para Coolmore y cumpliendo doble temporada con Australia, pero para 2006 recaló en nuestro país para empezar a escribir su historia, desde abajo, sirviendo yeguas de valor bajo o intermedio.

Poco tardó “Catcher”, como todos lo conocen, en mostrar su generosidad, y como parte de su primera camada empezaron a fortalecer su nombre Catch the Mad, Anaerobio y Flowing Rye. La primera fue Campeón 2 Años Hembra, Campeón 3 Años Hembra y Yegua del Año, el segundo fue Campeón 3 Años Macho y el restante dio la nota por duplicado en el máximo plano, venciendo en los grandes premios General San Martín y Miguel A. Martínez de Hoz.

A partir de allí, todo fue seguir produciendo buenos caballos para el padrillo, que con la victoria de Niño Guapo en el Derby llegó a las 21 crías ganadoras de G1, en una lista que también integran Kiriaki, La Extraña Dama, Rabid In the Rye, Alampur, Pataqués, Elvas, Soviet Catch, Emprestado, Catch the Cocktail, Catcho En Die y Atiko Rye, entre otros, casi siempre luciéndose de la milla para arriba, convirtiendo al zaino en una de las grandes fuentes de stamina de los últimos tiempos.

En 2013, una vez que se disolvió La Mission, el caballo se subastó de forma privada y Catcher In the Rye llegó a La Pomme, donde permaneció por 5 temporadas antes de servir durante 2018 en La Leyenda, donde murió el 25 de marzo de 2019, a los 19 años, con bastante más por dar.

Los datos del Stud Book Argentino no hacen más que reflejar su gran capacidad. Con 1337 crías nacidas, 852 de ellas llegaron a la pista y 570 consiguieron ganar un total de 1296 competencias. De esos productos, 43 fueron titulares clásicos, 30 de grupo.

Niño Guapo le dio a Catcher In the Rye el triunfo en el Nacional, coronándolo de alguna manera como un padrillo de los mejores que se recuerden en los tiempos modernos, llegando desde bien abajo hasta la cima. Como los buenos.