El hijo de City Zip recuperó su mejor forma para apabullar a sus rivales en el regreso de la Hollywood Gold Cup (G1) al calendario, en Santa Anita Park

ARCADIA, California (Especial para Turf Diario).- Improbable volvió a ser el mismo de sus inicios y no tuvo ni para empezar con los rivales que le salieron al cruce en el regreso al calendario de la Hollywood Gold Cup (G1-2000 m, arena, US$ 300.000 de bolsa), una de las 3 grandes pruebas que dieron forma a la fantástica jornada que se vivió este sábado en Santa Anita Park.

Al galopito, el vistoso alazán le dio una alegría a Bob Baffer -que se llevó esta prueba por séptima vez en su trayectoria-, su entrenador, rompiendo la carrera en la curva para rematar con muchísima soltura y terminar venciendo por 3 1/4 cuerpos a Higher Power (Medaglia D’Oro), una diferencia que, si se lo hubiera propuesto, podría haber ampliado sin demasiado esfuerzo. A otros 4 1/2 largos Tenfold (Curlin) completó la trifecta, 2 1/2 por delante del chileno Brown Storm (Scat Daddy), que se entregó temprano tras hacer la punta desde la partida.

El caballo del Stud Matriarca lucía algo superado en la impresión en la previa y, si bien no puede considerarse su actuación como un fracaso, pareciera acertado bajar un poco la puntería  en su futuro cercano para que retome confianza, sobre todo tratándose de un ejemplar que gusta moverse adelante, donde, casi siempre, en California hay pelea.

Ganador del Los Alamitos Cash Call Futurity (G1), a los 2 años, y segundo en el Arkansas Derby (G1) a los 3, antes de terminar cuarto en el Kentucky Derby (G1), Improbable parece haber superado ahora un período de intermitencias y luce listo para sacar provecho de su juventud y de su capacidad dentro de una categoría sin un dominador terminante y que poco a poco vuelve a rearmarse. 

Propiedad de la sociedad conformada por el Winstar Farm LLC, el China Horse Club International Ltd. y el SF Racing LLC., el talentoso Improbable defendió su enorme favoritismo al cabo de aceptables 2m1s69/100 y parece en posición inmejorable como para encarar los grandes choques que se vienen, como el Pacific Classic (G1) de Del Mar.