Se llevó el Clásico Panamá (G3) con extrema facilidad; la “delantera” Chemeco, William, Pelle y Saldivia festejó su segundo gol jerárquico en tres días

Desde que empezó abril, Che Maga (Violence) y Che Capanga (Manipulator) no perdieron más… La zaina, dueña de una atropellada feroz en el derecho, lleva desde entonces dos triunfos comunes y este lunes brilló en el Clásico República de Panamá (G3-1000 m), pasando como un misil en los 200. Y el Manipulator los perdió de vista el viernes en la milla del Handicap Your Majesty (1600 m) y a fines de abril había ganado otra condicional, así que entre ambos le dieron a los colores riocuartenses del stud Chemeco tremendo “cinco sobre cinco”. Siempre la receta fue la misma, Pelle/Saldivia juegan de mañana, y William Pereyra cabecea los centros por la tarde…

En el Panamá (G3) de este martes, la largada externa era un punto a favor de la Violence, aunque el lote numeroso hacía temer por algún callejón limpio cuando llegara la hora de atropellar. Pero William se fue quedando paulatinamente con la ‘pole position’ en las anotaciones de los caballos de Pelle justamente por ir resolviendo semana a semana, sin estridencias, los duelos de este tipo. Ganando las carreras que había que ganar… Puede parecer una obviedad, pero no es nada sencillo.

Deciamos que Che Maga estaba ante un desafío numeroso, así a muchos de los fierreros que la habían elegido les costó encontrarla en celulares y tablets en la primera mitad, mientras veloces como Candy Corral (Señor Candy), Urban Lady (Strategic Prince) se destacaban abiertas y por dentro las hermanitas Grand Reward (La Barbra y La Hilary) ilusionaban a los suyos.

Con Candy Corral, Brian Enrique volvió a mostrar que larga como pocos, hizo lo que ha hecho tantas veces, soltando ligero y abriendo a un par de metros de la verja, para tratar de mantener alguna ventaja hasta la tranquera y ahí tratar de “volarse”, usando de trampolín la luz acumulada. Esta vez “el plan” duró poco, porque la Señor Candy llegó mandando a la tranquera, pero ya eran muchas las que le respiraban en la nuca y se vería que no iría muy lejos. La platense Urban Lady, que prometía cifras escalofriantes, fue la primera en pasar por dentro de la puntera en los 400, ahí venía Pozo de Luna/Ortega con Subyugante (Manipulator) y en el “frente interno” La Hilary ya había renunciado, mientras Calvente mantenía con La Barbra una certeza de chapas.

Darío Gómez había ganado con la blusa de Las Banderitas, la misma de Urban Lady, a casi 70 de luces una semana atrás, e intentó la pillería de un bis de órdago con la Strategic Prince con alguna ilusión hasta los 300, cuando entre varias y varios andariveles más adentro de su suelta externa, apareció ligero la favorita para mostrar quien mandaba. Y allí a la platense se le quemaron los libros, no pudo ofrecer mayor resistencia y en breve trecho de media cuadra la Violence de Pereyra liquidó el pleito con suma comodidad. La compañía de este lunes le quedó claramente a medida a la veloz riocuartense, y aun rematando sin chirlos de los 200 puso 3 cuerpos sobre la más que digna Urban Lady, con el reloj detenido en 55s33/100. Ha encontrado un filón en el derecho la zaina, que lleva tres al hilo, cuatro sobre nueve en total, y mostró idéntica solvencia en las graduales que en la condicional.

La Barbra fue tercera al pescuezo de la del chico Gómez, levantó un tanto las discretas postales que había dejado en los clásicos Olavarría (G3) y Sumatra (1200 m), suficientes como para mostrar que el pasto no es lo suyo. Le está costando embocar el disco en manos de Juan Udaondo y con la blusa de Santa Inés, pero este lunes su viaje a Libertador dejó algún saldo positivo. La que falló en toda la línea fue La Hilary, que apenas si corrió un pedacito hasta la tranquera, pero ya en los 400 le costaba seguir la carrera y terminó décima, lo peor de su tabulada desde que fracasara en el Estrellas Sprint (G1) de septiembre pasado. Sus boletos, si es que esa guía sirve de algo, estaban lejos de ser eufóricos ya un rato antes…