La mitad de los ganadores de la serie que se desarrolló el último fin de semana en Keeneland tienen al crack como nombre en común

Northern Dancer nació en 1961, el año en que el soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio exterior o en el que Los Beatles tuvieron su primera presentación pública, en el club The Cavern. Desde entonces, el pequeño gigante viene haciendo historia en el turf mundial, con tanto peso que aún en nuestros días su influencia sigue siendo preponderante en materia de caballos de carrera. 

La dinastía de campeones que surgieron durante esas casi seis décadas tiene una vigencia inusitada por estos tiempos, con su línea paterna ejerciendo un dominio mundial que tuvo en la XXXVII edición de la Breeders’ Cup una nueva muestra de frescura.

De los 14 ganadores que tuvo la fantástica serie, 7 bajan por la parte superior de su pedigree desde el caballo que en 1964 ganó en tiempo récord el Kentucky Derby al cuidado del argentino Horacio Luro, 4 de ellos a través de la dinastía Storm Cat, uno vía Sadler’s Wells, otro por la “sección” Danzig y el restante por la no menos influyente rama de Deputy Minister.

Tomando primero la descendencia de Storm Cat, hijo de Storm Bird, este por Northern Dancer, su nieto Into Mischief aportó los festejos en el Classic (G1) y en el Filly & Mare Sprint (G1), con Authentic y con Gamine. En tanto, otros dos nombres aparecen por la generosidad de sendos hijos de Giant’s Causeway como Shamardal y Lope de Vega. El primero destacó con Tarnawa venciendo en el Filly & Mare Turf (G1), y el restante a través de Aunt Pearl, que ganó el Juvenile Fillies Turf (G1).

Sadler’s Wells fue uno de los más influyentes hijos de Northern Dancer, y su nombre se proyectó mayormente con los años en el fantástico Galileo, que es padre a su vez del linajudo Australia (en la campeona Ouija Board, por Cape Cross), que el sábado se dio el gusto de festejar la victoria de Order of Australia en el Breeders’ Cup Mile (G1).

No menos que Sadler’s Wells ha sido para la cría mundial Danzig, otro de los Northern Dancer gigantes y que tiene entre sus continuadores a War Front, que produjo a Declaration of War, cuyo hijo Fire At Will se llevó el Breeders’ Cup Juvenile Turf (G1).

Queda por contar que Deputy Minister tuvo su momento de destaque en Keeneland a través de su nieto Paynter (Awesome Again), que produjo a Knicks Go, que de punta a punta se impuso en el Breeders’ Cup Dirt Mile (G1) y en tiempo récord.

Hubo, también, dos padrillos importantes radicados en los Estados Unidos que tuvieron hijos ganadores e hijos que produjeron ganadores en la Breeders’ Cup. Tapit (Pulpit) saboreó las mieles del éxito con el tordillo Essential Quality en el Juvenile (G1), mientras que a través de Tapizar también tuvo “relación” con Monomoy Girl, que logró el doblete en el Distaff. En tanto, Uncle Mo tuvo en el dos años Golden Pal al brillante héroe del Turf Sprint (G1) y a su campeón Nyquist  dando que hablar con su primera producción gracias al éxito de la potranca Vequist en el Juvenile Fillies.

La Breeders’ Cup también dejó lugar para triunfos de tres viejas líneas paternas. La de Ribot se lució con Whitmore (Pleasantly Perfect) en el Sprint (G1), la de In Reality con Glass Slippers (Dream Ahead) en el Turf Sprinty (G1) y, sorprendentemente, sólo hubo espacio para un triunfo de la rama de Mr. Prospector, y por la vía de Wootton Bassett (Ifraaj), de los más “europeo” a disposición en esa genética, y el caballo que recientemente fue adquirido por Coolmore y que desde 2020 prestará servicio en Irlanda.

Diego H. Mitagstein