El favorito fue terminante en el derecho para sacarle 7 3/4 cuerpos a Super Nao, nacido en Argentina, pero representante peruano

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Santiago de Chile, Chile)

SANTIAGO DE CHILE, Chile (De un enviado especial).- Otra vez, como casi siempre que el Longines Gran Premio Latinoamericano (G1-2000 m, arena) se corrió en el Hipódrom Chile, el triunfo quedó en casa. Como High Master (Hawk), Edipo Rey (Semenenko), Prepo (Inchwood) y Sabor a Triunfo (Dance Brightly), ahora fue O’Connor el que defendió la localía en la prueba mejor rentada del continente, respondiendo a sus muy buenos antecedentes aquí.

Con un Jorge González brillante, el hijo de Boboman fue imparable cuando avanzó por el centro en el derecho para cortar la disparada de Super Corinto (Super Saver), nacido en Argentina pero representante de la hípica peruana, y superarlo finalmente por 7 3/4 cuerpos, en una marca de 2m3s63/100. A ventaja perceptible, el noble Win Here (Breathless Storm) ocupó el tercer lugar, viniendo todo el desarrollo en otro código postal, dando ventajas prohibitivas en una pista que estaba muy veloz, favorable a los que vinieran en la punta o cerca.

¿Cómo le fue a los argentinos? Como se esperaba. La yegua Henestrosa (Treasure Beach) terminó décima a 27 1/4 cuerpos, con el potrillo Storefront (Fortify) cruzando la meta en décima segunda colocación a 27 1/2 largos, más o menos siguiendo la línea de lo que históricamente hicieron los caballos nuestros aquí.

La cancha palmeña definitivamente tiene sus bemoles para aquellos caballos que no están acostumbrados a un trazado único en el mundo, y no pasa tanto por la arena en sí, al menos no fue así esta vez, sino porque las curvas y curvitas intermedias hacen que se pierdan, como contaba Wilson Moreyra después de la carrera, el jockey de Storefront. No es casualidad que siempre ganen los locales o que, en su defecto, los peruanos se prendan, pues la superficie de Monterrico es similar en materia de profundidad. La historia es contundente.

González leyó perfectamente lo que ocurrió durante toda la tarde, más allá de haber montado a un caballo superior. La primera parte O’Connor vino anteúltimo, pero luego empezó a avanzar para llegar a la recta donde quería: a la par de los punteros. Nuremberg (Southdale) comenzó a entregarse, y fue Héctor Berríos con Super Corinto el que primero tomó la posta. Pero a poco el favorito aceleró se terminó todo.

Super Corinto resistió y Win Here debió haber sido segundo, pero su jockey insistió en dar muchísimas ventajas, como le ha pasado tantas veces. La lectura de la carrera y la condición de la arena demandaba venir más cerca, se jugó por la otra opción. Nuremberg corrió bárbaro y fue cuarto, delante de Matarani (Endorsement) y Super Nao (Super Saver), que completaron los 4 créditos peruanos en el marcador.

Criado por el Haras Carioca, de Jorge Cardemil, el mismo que mantuvo por muchos años el Haras Futuro en Argentina, O’Connor es el segundo gran hijo de este lado de la Cordillera para Boboman, G1 en el césped durante su campaña, y que antes había dado al triplecoronado palmeño: Incentive Boy.

Con la victoria de O’Connor Chile llegó a su décima victoria en el historial del Longines Gran Premio Latinomericano (G1) y ahora comparte el liderazgo en la estadística con Brasil, histórico dominador y que levantó su última copa en 2016, cuando Some In Tieme (Shirocco) heredó el triunfo que en la pista había conseguido el argentino Don Inc (Include).

La pista del Hipódromo Chile vivió otra vez la fiesta continental, y, como casi siempre, el festejo quedó en casa. Para la Argentina fue una actuación para el olvido, también, como casi siempre. Ahora queda poco menos de un año para que el Hipódromo de San Isidro sea sede y los sueños albicelestes vuelvan a ser importantes.