Ojo del Milagro se quedó con el último G1 de la temporada en Perú, superando a Master Kalath y Gran Caroso, todos hijos de Mastercraftsman y criadores en el Haras Firmamento

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Con un final feliz terminó la historia particular del potrillo argentino Ojo del Milagro (Mastercraftsman) en el Gran Premio Nacional Augusto B. Leguía (G1-2600 m, césped), la cuarta corona, disputado este domingo en Monterrico y que ponía punto final a la temporada hípica 2020.

Una historia que se había iniciado el lunes, cuando se conoció que Renzo Rojas -el jinete habitual del rubio importado por el Arriba Arequipa- fue suspendido por el comisariato y quedaba impedido de correr esta carrera, obligando a un cambio de monta, confiando la responsabilidad en Erick Arévalo, un joven jockey perteneciente a la ‘Guardia Nueva’, que ya había demostrado en el año de la pandemia que estaba listo para enfrentar cualquier reto de este nivel.

Erick respondió a esa confianza. Tuvo la serenidad suficiente para leer la carrera en el momento mismo y sacarle provecho a las bondades corredoras de un potrillo que fue realmente fenomenal. Un alazán que había perdido por casi nada el Derby Nacional (G1- 2400 m) y que hoy estuvo en su gran tarde.

Tren sumamente lento

Arévalo lo ubicó segundo, detrás de Juego de Tronos (Singe The Turf), con el que decidieron no cambiar el libreto que les había dado resultado en su anterior presentación -el Clásico Postín (G2-2400 m, césped)- y  lo corrieron adelante, tratando de imponer parciales lentos para guardarle todo el oxígeno al final. 

Allí también entró a tallar la experiencia de Carlos Javier Herrera sobre el pupilo de David Prieto, pues pareció tener un cronómetro para medir los tiempos de su conducido, pues impuso unos comodísimos 25s5/100, 25s51/100, 25s1/100, 28s52/100 y 26s19/100 en los cinco primeros cuartos de milla, que le permitían llegar a la recta completamente entero.

El mérito de Arévalo fue correr en persecución de ese puntero, sin caer en una pelea suicida, pero tampoco dejándolo escapar. Gran parte de la construcción de su victoria fue esa serenidad y cabeza fría para manejar las cosas con prudencia y guardando todo para el final.

Incluso cuando en la recta Juego de Tronos lo fue llevando hasta media cancha para definir en los carriles abiertos. Ni en ese momento, el joven jinete de Ojo del Milagro se inmutó y, por el contrario, allí fue que decidió definir, encontrando respuesta en el alazán del Firmamento, que simplemente liquidó.

La potencia que se vio en Ojo del Milagro fue la de un caballo que puede hacerse más importante a medida que pasen las semanas. Ya dejó de ser el actor de reparto para reclamar un protagónico dentro de esta generación y solo esperaba ‘esa carrera’ que lo meta de lleno en ese grupo estelar. El día llegó y no hay nada de objetar.

Los demás

El también argentino Master Kalath (Mastercraftsman) rescató el segundo puesto, avanzando con potencia. En verdad, en la curva final traía una cara de ganador increíble. Estaba listo para liquidar. Pero los punteros también estaban enteros y ya cuando Ojo del Milagro dominó a Juego de Tronos en los 200 metros finales, este último todavía tenía restos para aguantar un poco más. Sin embargo, el tordillo de Alfonso Arias bajó con potencia y lo terminó superando para reclamar el segundo puesto a más de 4 cuerpos del ganador y un largo por delante del favorito Gran Caroso (Arg-Mastercraftsman).

De este último, simplemente se podría decir que no estuvo en su día. Corrió totalmente apagado, sin chispa, opaco. No fue el potrillo ganoso y despierto de sus anteriores tardes de gloria. Y el detalle más saltante es que cuando Ojo del Milagro dominó la carrera en los 200 finales, Gran Caroso seguía último. Pero reaccionó, embaló y finalmente quedó tercero, cayendo como un rayo para reclamar podio… y revancha, también.

Pero igual permitió la trifecta de Mastercraftsman y del Haras Firmamento, hoy en día no solo el criadero de caballos líderes en Argentina, sino uno de los mejores de Sudamérica, que apostó por la importación de Mastercraftsman –como lo hizo el Don Alberto antes en Chile– y, gracias a la inversión de propietarios peruanos, sirvió que la hípica nacional se nutra de estos verdaderos titanes, que no solo corre mucho, sino que despiertan la emoción con esas brazadas elásticas, contundentes y demoledoras en el final.

Juego de Tronos completó el marcador siendo el mejor nacional ubicado. Corrió con el peso de ser el puntero y resistió hasta donde pudo. Pero esta colocación no lo saca para nada de escena y, por el contrario, le abre una panorama interesante para el 2021, premio al esfuerzo del Stud Tres del Oro y al trabajo silencioso de David Prieto, que vuelve a alcanzar otra figuración en carrera de nivel.

Sobre el doble coronado Nuremberg (Southdale) y el ‘Derby Winner’ Novillero (Southdale) no hay mucho que decir. No estuvieron en el nivel de sus anteriores actuaciones. Posiblemente no se sintieron cómodos cambiando de superficie o tal vez ellos sí sintieron la exigente ruta de la cuádruple corona. Lo cierto es que en la recta final no aparecieron y quedaron en un quinto y noveno lugar, respectivamente, buscando una nueva oportunidad para sacudirse de esta mala experiencia.

La última gran carrera del año terminó así, con un potrillo como Ojo del Milagro, que confirmó sus progresos, un jinete que se comportó a la altura y todo un equipo de trabajo encabezado por Augusto Olivares, su sapiente preparador, que cierra un 2020 exitoso, con varios picos y records personales que parecieran muy difíciles de alcanzar por algún otro compositor en el corto plazo.

Néstor Obregón Rossi