Ganaron el Batalla de Ayacucho (L) y el Ejército del Perú, respectivamente

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Una fuerte atropellada por el exterior le permitió a la juvenil Olgiata (USA, Point Given) alcanzar otra victoria clásica en su campaña, cuando se impuso este domingo en el Batalla de Ayacucho (L – 2.000 m, césped), segundo estelar de la tarde dominical en el Hipódromo de Monterrico.

Graduada por Renzo Rojas –quien la conoce a la perfección– la linajuda importada sacó partido del fuerte tren que implantaron las veloces Extraordinaria (USA, Declaration Of War) y Sonora (Singe The Turf) desde el inicio de las acciones.

Pero esta última pagó caro el hecho de no poder manejar las acciones a su antojo. Se estrelló con una yegua veloz, que le marcó el paso, que nunca se dejó quitar el comando y que incluso tuvo restos para desengañarla en la recta final y estirarse algunos metros del lote para dar la impresión de que definiría la competencia. Al final llegó tercera, totalmente opuesta a la actuación de Sonora, que ni siquiera tuvo fuerzas para neutralizar la atropellada de Olgiata.

Un avance que, dicho sea de paso, despertó la polémica. Porque en esa atropellada potente, Olgiata se cargó bruscamente hacia los palos y llegó a invadir el carril por donde descontaba Private Promise (Privately Held), obligando a levantar a su jinete Carlos Trujillo. Luego de la carrera Renzo Rojas declaró que su compañero no le dijo nada en el retorno y que incluso “rieron” sobre lo sucedido.

Lo cierto es que el conforme se decretó en la mesa del comisariato y Olgiata pudo sumar otro impacto clásico en su destacada campaña, abriéndole la posibilidad de estar metida en el grupo de aspirantes a correr la clasificatoria para el internacional Carlos Campino (G2 – 1.800 m, césped), del próximo año en Santiago de Chile. Del resto de competidoras, Carta Secreta (Minister’s Joy) partió mal y Plaza de Acho (Privately Held) no se mostró rival en esta ocasión, quedando en deuda.

Azador se lució

Tiene condiciones Azador (Pegasus Wind). Este domingo llenó los ojos cuando se impuso casi de punta a punta y con defensa incluida en el Clásico Ejército del Perú (R – 1.300 m, césped) reservado para los juveniles de 3 años que no habían podido ganar carrera de nivel en el presente año.

Azador había demostrado cómo poder tentar su primer jerárquico. Ganó dos condicionales el 28 de septiembre y el 3 de noviembre, ambas sobre 1.000 metros, con el valor agregado de pasar de la arena al pasto y haber aceptado el cambio de superficie con total normalidad.

Ahora regresaba a la curva con un muy buen trabajo de 1.100 en 1min08s y monedas y pese a que se estrelló con la tenaz oposición de Liszt (Man Of Iron), tuvo las agallas para quebrarlo en los últimos 150 metros y controlar el avance de Rocket King (Pegasusbystorm), que no pasó del placé. De los demás, el favorito Mark Anthony (Spin Master) tuvo complicaciones a la altura de los 700 metros y nunca se pudo recuperar, llegando fuera de poste.

El mérito de Azador radicó, precisamente, en que nadie le regaló nada. Salió firme a correr en la delantera y entró en una pelea tenaz con Liszt, sin darse tregua, con parciales de 23s56 y 23s70 para los dos primeros cuartos. Sin embargo, tuvo restos para resistir y establecer separación clara al final.

Conociendo la filosofía de Juan Suárez, su entrenador, no sería extraño que siga subiendo de distancia e, incluso, se ilusionen con buscar la clasificación al próximo Gran Premio Latinoamericano (G1 – 2.000 m, césped). Habrá que ver lo que depare el futuro, pero aquí hay un prospecto interesante para hacerle seguimiento.

Néstor Obregón Rossi

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