La hija de Lizard Island mantuvo su invicto con solidez en los 1200 metros del Clásico Saturnino J. Unzué (G2) porteño

Arrollador comienzo en la campaña de la talentosa Celestial Filly, que en el sábado de Palermo sumó su sexto triunfo en igual número de salidas y se mantuvo al tope del ranking entre las potrancas de 2 años con una sólida victoria en el Clásico Saturnino J. Unzué (G2), donde superó el desafío de doblar el codo porteño por primera vez (ya lo había hecho varias veces en la Plata) y de estirarse hasta los 1200 metros.

A la precocidad que mostró en un comienzo, la alazana del Stud Tinta Roja le viene sumando clase para asumir con resultado perfecto cualquier desafío que se le va cruzando en el camino, con el dato para nada menor de no sentir la reiteración de esfuerzo, pues su campaña tremenda se construyó en un lapso de apenas inferior a los 4 meses.

Su gestión fue bastante parecida a la que hace unas semanas apenas le había permitido vencer en el Clásico Amilcar A. Mercader (L) sureño, esperando en la primera parte y arrancando de firme en el derecho, donde dominó temprano para mantenerse con firmeza, cruzando la meta con 3 cuerpos de ventaja sobre Sibenik (Full Mast), que atropelló desde lejos para quedarse en el disco con la posición de escolta por la cabeza sobre Jalimba (Señor Candy).

A Sibenik habrá que esperarla en más tiro, pues mostró que allí será mejor, sin contar que sólo contaba con la experiencia de haber triunfado en su estreno. Y lo de Jalimba fue también meritorio, pues marcó el paso y se bancó todo lo que pudo la presión de Celestial Filly, para sólo cansarse en la cuadra final. El tiempo de 1m11s7/100 no dijo mucho, sobre todo si se lo compara con el 1m9s87/100 que marcó un rato más tarde Río Maggio (Winning Prize) para llevarse el Santiago Luro (G2).

Atendida por Angel Piana en el Bosque y presentada por Claudia Bellier, Celestial Filly tuvo en su silla a Wilson Moreyra, siempre efectivo cuando tiene un caballo corredor en sus manos. De la cría de Eugenio Pacelli de Oliveira Pires dos Santos en el Wilgerbosdrift Farm marplatense, la hermanita de la G2 Fullymoon (Cityscape) sigue su marcha imparable, no encuentra rival que pueda vencerla y supera los obstáculos con contundencia. Potranca diferente, sin dudas.