En un 1-2 de Godolphin, el hijo de Kingman se quedó en ParisLongchamp con el espectacular Prix du Moulin de Longchamp (G1); su futuro, ¿en el Arco?
PARÍS, Francia (Especial para Turf Diario).- En un fin de semana donde sobraron las carreras de calidad alrededor del mundo, muchas de las miradas estuvieron fijadas en el domingo de ParisLongchamp, donde la edición 2020 del Prix du Moulin de Longchamp (G1-1600 m, césped) reunía a muchos de los mejores milleros del mundo.
Ya con la mira en lo que sucederá en octubre próximo durante el mitin del Prix de l’Arc de Triomphe (G1), la categoría terminó ofreciendo el espectáculo esperado, con Persian King alcanzando un nuevo gran triunfo, ratificando su enorme categoría y encabezando el 1-2 de Godolphin, pues por 1 3/4 cuerpos contuvo la larga y potente arremetida del campeón Pinatubo (Shamardal), que para muchos debió haber sido el ganador de la prueba.
Las quejas recayeron sobre James Doyle, su jockey, apoyándose en que lo había dejado demasiado atrás mientras Circus Maximus (Galileo) salía a romper el desarrollo marcado a presión por el propio Persian King. Claro, es imposible pasar por alto que el crack 2 años de 2019 gastó muchas de sus energías negándose a entrar en los partidores, trámite para el que fueron necesarios varios intentos por parte de los auxiliares.
Persian King y su presión tomaron dividendos al promediar al derecho y por los palos, quebrando al valiente Circus Maximus, y mientras se distanciaba del lote desde atrás Pinatubo salía como disparado, descontando y descontando, aunque sin el espacio suficiente y debiendo conformarse con el segundo lugar. A 6 largos, Circus Maximus era tercero delante de Siskin (First Defense), Víctor Ludorum (Shamardal) y Romanised (Holy Roman Emperor), que completaron el marcador, todo tras 1m36s73/100 sobre pista de buena a blanda.
Que Pinatubo pudo haber ganado no suena a utopía. Incluso, fue su mejor carrera sobre la milla, un tiro sobre el que aún no pudo cruzar adelante. Pero también pensar que por Doyle o por quedarse corto ganó Persian King resulta una injusticia gigante para con un caballo que tiene títulos como el de la Poule d’Essai des Poulains (G1) y el Prix d’Ispahan (G1); además de a un entrenador formidable como André Fabre.
“Para ser honestos, la victoria de Persian King la esperaba. No quiero jugar el rol de genio, pero tenía mucha confianza porque lo pude entrenar con la propiedad que merecía la ocasión. Las superficies están mejor que en agosto, y con un clima menos caluroso, lo que me permitió prepararlo más duro”, comentaría el célebre preparador francés.
Persian King es propiedad de Godolphin en sociedad con el Ballymore Thoroughbreds Ltd., fue criado por el Dayton Investments y llevó en sus riendas a un Pierre-Charles Boudot brillante.
Ahora ganador de 8 competencias sobre 12 corridas, y con 1.137.740 euros en premios, Persian King es hijo del fantástico Kingman en Pretty Please (Dylan Thomas), esta una hermana materna del ganador de G1 Planteur (Danehill Dancer) y en la familia de campeones como Policy Maker (Sadler’s Wells) y Peintre Célebre (Nureyev).
Sorpresivamente, Fabre no está pensando en el Prix de la Foret (G1) para el futuro inmediato de Persian King, sino que analiza en presentarlo o en el Champion Stakes (G1) de Ascot o en el mismísimo Prix de l’Arc de Triomphe (G1), estirándolo en la distancia.