El argentino Crazy Freud, que había ganado con justicia, fue bajado al segundo lugar tras molestias producidas por su compañero

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- La polaridad que originó en Monterrico la elección de una nueva Junta de Comisarios y que debió, por el contrario, unir a la afición peruana, se asentó más luego del distanciamiento producido en el Clásico Almirante Miguel Grau Seminario (G2), central de este sábado.

Había expectativa por ver nuevamente en acción a Faenón (USA-English Channel), el caballo que había tenido un casi heroico retorno en el Clásico Santorín (G3) hace un mes luego de su frustrada participación en el Latinoamericano de marzo, y que ahora, bajando de distancia, intentaría seguir con la racha triunfal.

Pero al frente tendría a un caballo que, desde el retorno a las actividades, se había consolidado. Nabucco (Singe The Turf) no conocía derrota desde el 1 de noviembre del 2019 y tras una racha de cuatro victorias, reprisó el 8 de agosto ganando en prueba de handicap y luego conectando con el Clásico República de Chile.

Con ellos como protagonistas, y la espera de lo que podían hacer Mazarín (Buenos Días) y Milos (Yazamaan), la carrera se volvió un foco de atención para la programación semanal.

Y, casi literalmente, la partida de la carrera terminó resolviendo todo. Milos salió sesgado hacia afuera, llevándose en su camino a Faenón y éste a Nabucco, que –para su mala suerte– también fue empujado de afuera hacia adentro por Don Rodrigo (Chi-Dangerous Midge), originando un embudo que terminó dejando mal parado a los dos favoritos de la competencia.

Fue entonces que Kantor (Meal Penalty) -compañero de cuadra de Faenón- y el argentino Crazy Freud (Freud) -pareja de Don Rodrigo- salieron a marcar el camino, en medio de un tren que se hizo tranquilo.

De hecho, la carrera recién cambió de protagonistas en la recta final, cuando Crazy Freud cargó sobre el puntero y lo dominó para aguantar la carga de Nabucco, que apareció fuerte y desde el penúltimo lugar para caer por el hocico, aunque el reclamo de su jinete Mariano Arenas se hizo sentir minutos después.

El reglamento de Monterrico contempla que si corren dos caballos pertenecientes a un mismo dueño o stud –como el caso de Don Rodrigo y Crazy Freud, que pertenecen al Doña Licha– independientemente de que lo hagan por números distintos, actuarán como si fueran un solo caballo. Es decir, las incorrecciones de uno, las asumirá el otro, haya o no participado en la acción. Así lo entendió el comisariato y procedió a sancionar al ganador, dándole la victoria a Nabucco.

La pregunta que ha quedado en el ambiente es si Don Rodrigo realmente estorbó a Nabucco o fue impulsado por Mazarín, que se cargó hacia los palos a poco de la partida. Es decir, si la infracción fue intencional. El video de la toma frontal, para muchos, no deja claridad en ese sentido, abriendo el debate en redes sociales. Pero por otro lado, también puso nuevamente sobre el tapete ese punto del reglamento sobre si los caballos de un mismo stud deben o no llevar el mismo número (osea, formar llave) para las apuestas. En este caso, los que apostaron a Crazy Freud sufrieron un serio revés en su acierto, y aquellos que le jugaron a Don Rodrigo se preguntan con justicia si su anotación fue porque realmente en su tienda creían que el caballo tenía posibilidades de pelear la victoria o porque buscaba beneficiar de alguna manera a su compañero de corral.

Lo cierto es que el distanciamiento terminó dándole el triunfo a un caballo que, sin estorbos, hubiera resultado el ganador de la competencia y que empieza a consolidarse como una figura especial en el gramado de Monterrico. Aunque queda la duda de qué también hubiera pasado con Faenón corriendo en condiciones normales. Al tordillo, en definitiva, lo debieron afectar los choques en la partida, porque luego corrió como desentendido, opaco y encima, tuvo que girar la curva final por el carril más grande, perdiendo valioso terreno. Nunca se pudo recuperar.

Néstor Obregón Rossi