En otra tarde de gloria internacional para el turf japonés, el hijo de Lord Kanaloa se impuso en la Saudi Cup (G1)
Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Riyadh, Arabia Saudita)
RIYADH, Arabia Saudita.- El turf japonés tuvo otra tarde/noche memorable en el King Abdulaziz Racecourse de esta ciudad. Como hace 12 meses, cuando sus representantes se llevaron nada menos que 4 de los clásicos, ahora la cosecha llegó a "sólo" 3, pero con el pequeño detalle de por medio de haberse quedado con la Saudi Cup (G1-1800 m, arena, US$ 20.000.000), la carrera de caballos más cara del mundo y que vivió su cuarta edición ante una multitud.
Con un hipódromo renovado por completo, con tribunas nuevas, facilidades para los caballos, profesionales y prensa de categoría, y la expectativa mundial, la enorme generosidad competitiva de Panthalassa encontró el máximo premio posible, llevando al éxtasis a la delegación del país del sol naciente, que había llegado con 20 caballos en total, 6 de ellos para correr en el turno más importante de la fiesta.
Ya es casi cosa de todos los días que Japón se luzca alrededor del planeta turf, y lo que ha conseguido en el último año y medio ha sido monumental, pues no puede pasarse por alto que también se llevó el Breeders' Cup Distaff (G1) y el Breeders' Cup Filly & Mare Turf (G1) de 2021 en Santa Anita Park con Marche Lorraine (Orfevre) y Loves Only You (Deep Impact), respectivamente, o tuvo otra jornada inolvidable en el mitín de la Dubai World Cup.
Con una inversión genética única en el mundo, una crianza que ha dado muchísimas pruebas de ser de primera clase y profesionales capaces de lucirse en casa y en el exterior por igual, la hípica japonesa tomó la decisión de lucirse en el exterior y apostó fuerte por muchos años, cobrando dividendos gigantes de un tiempo a esta parte.
La de Panthalassa no puede considerarse una victoria sorpresiva, aunque su bajón previo en el Longines Hong Kong Cup (G1) abría algunas dudas sobre cómo le iría ahora, sin olvidar las dificultades que para todos eran las presencias de Taiba (Gun Runner) y Country Grammer (Tonalist), dos cartas de primer nivel llegadas desde los Estados Unidos.
Cuando en el sorteo de partidores al nieto de Montjeu le apareció el número 1, Yoshito Yahagi dijo: "Go, go go", y, ya en carrera, el jockey Yutaka Yoshida hizo caso a las instrucciones, saliendo disparado de los partidores, a matar o morir, como siempre.
Taiba intentó seguirlo y fue a parar al hospital, y del resto ninguno podía acercársele. Country Grammer, en tanto, era empujado con alma y vida por Frankie Dettori para no perder pisada ("Creí que entraba último", le diría luego al cronista el jockey italiano).
Ya en la recta, todo lucía para un capote nipón. Panthalassa se había afirmado pese a correr mucho más despacio que en el opuesto, mientras Café Pharoah (American Pharoah) -con el brasileño Joao Moreira-, Geoglyph (Drefong) y Crown Pride (Reach the Crown) lo seguían para un 1-2-3-4 que hubiera sido descomunal.
Pero quedaba la arremetida de Country Grammer, que abierto cobró velocidad y empezó a descontar y descontar. Sin embargo, quedó corto con su embestida, llegando a 3/4 de cuerpo del ganador, tras una marca de 1m50s795/100.
Japón y Panthalassa llegaron a la cima en la Saudi Cup, continuando un camino lleno de grandes triunfos en los tiempos recientes y anticipando que el día de la Dubai World Cup puede volver a pasar algo similar...
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