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Aga Khan IV: el Arquitecto de Sueños que transformó el Turf Mundial

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

El notable criador y propietario falleció este martes en Lisboa, Portugal, a los 88 años; líder espiritual, filántropo, filósofo, era también Líder espiritual de los ismaelitas chiítas


Bajo la dirección del Aga Khan IV, la operación hípica de la familia brilló alto / GOOGLE
Bajo la dirección del Aga Khan IV, la operación hípica de la familia brilló alto / GOOGLE

Por Diego H. Mitagstein


El mundo del turf despide a una de sus figuras más emblemáticas con el fallecimiento del Aga Khan IV, ocurrido esta tarde en Lisboa, Portugal, a sus 88 años, que dejó una marca indeleble en la historia de las carreras de caballos. Líder espiritual de los ismaelitas chiítas y un reconocido filántropo, fue también una de las personalidades más influyentes en la cría y propiedad de purasangres, construyendo un legado que trascendió fronteras y generaciones.

Nacido como Karim al-Hussayni el 13 de diciembre de 1936 en Ginebra, Suiza, el Aga Khan IV heredó la pasión por los caballos de su abuelo, el Aga Khan III, que ya era una figura prominente en la hípica global. Su entrada al mundo del turf marcó el inicio de una dinastía que redefinió estándares en la cría y competencia de caballos de carrera.

Desde que asumió el liderazgo del Stud Aga Khan en 1960, el Aga Khan IV transformó su operación en una de las más exitosas del planeta. Sus haras en Irlanda y Francia se convirtieron en epicentros de excelencia genética, produciendo purasangres que dominaron las pistas más importantes del mundo.

Entre los campeones que surgieron bajo su tutela se destacan:

Shergar (Great Nephew): probablemente el caballo más famoso asociado al Aga Khan IV. Ganador del Epsom Derby (G1) en 1981 por un margen récord de 10 cuerpos, Shergar se convirtió en una leyenda, aunque su trágico secuestro y desaparición ese mismo año marcó un capítulo oscuro en la historia del turf.

Blushing Groom (Red God): criado por el Aga Khan, este campeón ganó el título de Mejor 2 años de Europa en 1976 antes de convertirse en uno de los padrillos más influyentes de la historia, dejando una huella genética que sigue vigente.

Sinndar (Grand Lodge): en 2000, este notable purasangre logró el triplete del Epsom Derby, el Irish Derby (G1) y el Prix de l'Arc de Triomphe (G1), consolidándose como uno de los grandes del milenio.

Zarkava (Zamindar): invicta en sus siete presentaciones, incluida una actuación inolvidable en el Prix de l'Arc de Triomphe de 2008, esta yegua es considerada una de las mejores de la historia reciente.

Azamour (Night Shift): Ganador múltiple de G1, Azamour brilló en las pistas y más tarde como padrillo, dejando su legado en las generaciones futuras.

Los colores verde, rojo y blanco del Aga Khan IV se convirtieron en sinónimo de éxito en los hipódromos más prestigiosos del mundo, especialmente en Europa. Con una enorme cantidad de victorias en carreras de grupo, su operación incluyó 15 triunfos en el Epsom Derby y múltiples victorias en el Prix de l'Arc de Triomphe, Irish Derby, Oaks, y el King George VI and Queen Elizabeth Stakes, entre otros clásicos.

En 2009, el Aga Khan IV recibió el prestigioso Eclipse Award en Estados Unidos, reconociendo su influencia global en la hípica y su contribución a la excelencia en la cría de caballos.

Más allá de las pistas, el Aga Khan IV fue un ferviente defensor de la educación, el desarrollo económico y la preservación cultural, apoyando proyectos en más de 30 países. En el ámbito ecuestre, siempre impulsó la idea de que el turf podía ser una herramienta para conectar culturas y tradiciones, uniendo a personas a través de la pasión por los caballos.

Con su partida, el legado del Aga Khan IV en el turf queda en manos de su familia, que continuará liderando las operaciones de cría y competencia. Su impacto será recordado no solo por los campeones que produjo, sino también por los valores que promovió: excelencia, integridad y un profundo amor por los caballos.

Hoy, la hípica despide a un gigante. El Aga Khan IV no solo fue un líder espiritual y un filántropo, sino también un verdadero arquitecto de sueños en el mundo del turf, dejando una herencia que perdurará por generaciones.

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