Amor de Contramano volvió a enamorar y va por Drive Joy

El tordillo de Las Canarias alcanzó una estupenda victoria en el Clásico Miguel Cané (G2) y ahora esperará por el Gran Premio Polla de Potrillos (G1) y por un posible desquite ante el crédito de Firmamento

Amor de Contramano llegó solo al disco del Cané / HAPSA

Las tribunas repletas del Hipódromo Argentino de Palermo no podrían haber disfrutado de un mejor espectáculo en el Clásico Miguel Cané (G2), donde Amor de Contramano ratificó su status de bueno, se quitó el gusto amargo que le había quedado tras aquella derrota en el Juvenile (G1) de las Estrellas ante Drive Joy (Fortify) y sacó patente de candidato para el ya inminente Gran Premio Polla de Potrillos (G1).

Sobre la milla de arena pesada porteña, el hijo de Gouverneur Morris dio un show perfecto, dominando de un extremo al otro y superando a un grupo de rivales de buen nivel con muchísima facilidad, pareciéndose al que el 1 de mayo saltó a la fama ganando por demolición el Gran Premio Montevideo (G1).

Está claro que la calidad de Drive Joy está fuera de discusión, pues no solo la exhibió al cabo de la fiesta de la Fundación Equina Argentina, pero también habrá que decir que aquel problema que tuvo a Amor de Contramano fuera de acción por un puñado de días en la previa de esa carrera, influyó más de la cuenta.

Ese dolor de panza por el que fue internado, restó días de preparación, una ventaja que en un G1 y ante los mejores, es complicada de dar. También, en el análisis de lo sucedido en las Estrellas, su entorno llegó a la conclusión de que le gusta darlo todo desde la salida, y con ese plan fue a los partidores William Pereyra.

Como habrá sido que con apenas unos segundos transcurridos desde la largada, el enorme favorito ya corría con ventajas al frente, mientras detrás intentaban perseguirlo Hi Scottish (Hi Happy), Liberto (Hurricane Cat) y Full Keynote (Full Mast).

Con parciales iniciales firmes de 24s34/100 y 47s42/100, Amor de Contramano traía desde temprano a todos estirados, y, cuando llegó la recta, nada cambió. El tordillo tomó EL centro de la cancha, estiró las diferencias y al toque estuvo justificado su dividendo de $ 1,10.

De los 300 metros al disco fue un paseo para el crédito del Stud Las Canarias (cuya propiedad comparte con el Stud Rubio b.), que se distanció hasta cruzar la meta con 6 cuerpos de ventaja sobre Liberto, valiente. A la cabeza, Gardel Pass (Distinctiv Passion) logró un meritorio tercero, con el resto ya muy lejos: Jazz Disfrute (Hi Happy) encabezó el furgón de cola, a 9 largos. 

Dato interesante el que otra vez volvió a ofrecer el reloj, pues Amor de Contramano lo detuvo en 1m35s21/100, mucho más ligero respecto del que empleó un rato más tarde Moon Frank (Gidu) para llevarse el Clásico General Luis María Campos (G2). En rigor, tanto en el Montevideo / Atucha como en la comparación de los dos Juveniles, las diferencias en el tiempo a favor de los machos habían sido similares, muy amplias.

Criado por el Haras La Pasión, el notable ejemplar que prepara Juan Saldivia tiene como madre a Anelada (Stormy Atlantic), herencia de la genética del Haras La Madrugada y una hermana materna del campeón Anaerobio (Catcher In the Rye) y del vencedor clásico Albanesi (Violence), hoy uno de los mejores en las cortas del interior.

Aplanatín (Cautín), la tercera madre del héroe del Cané, era una pinga del Tori, millera de primer nivel y que tiene en su pedigree a Minallon (Flag Down), ganadora de la Polla de Potrancas (G2) de La Plata en 2005.

Amor de Contramano dejó atrás los fantasmas que siempre genera una derrota inesperada, encumbró aún más su nombre y ahora aguardará por el inicio de la Triple Corona y el nuevo choque con Drive Joy, del que buscará tomarse desquite.

Se viene un espectáculo imperdible en la Polla de Potrillos, como para que el público vuelva a responder en grande, colme las gradas de Palermo y vuelva a casa con vivencias inolvidables guardadas.