Criado por el haras chileno Don Alberto en la Unión, y conducido por el jockey venezolano Javier Castellano, convirtió a Jena Antonucci en la primera entrenadora mujer en ganar tan importante competencia
Por Diego H. Mitagstein
Más de 48.000 fanáticos de las carreras de caballos presenciaron este sábado en Belmont Park una edición histórica del siempre prestigioso Belmont Stakes (G1-2400 m, arena, US$ 1.500.000 en premios), que cerró la Triple Corona de 2023 en los Estados Unidos.
En el 50 aniversario de la victoria del inolvidable y único Secretariat, un Arcangelo, un potrillo que costó sólo 35.000 dólares, produjo la gran sorpresa, permitiendo que Jena Antonucci se convirtiera en la primera entrenadora mujer que levanta el bellísimo trofeo del "Test de los Campeones".
Previo ganador del Peter Pan Stakes (G2), el hijo del crack Arrogate trajo además enorme felicidad para el turf sudamericano, pues le dio al jockey venezolano Javier Castellano su primera victoria en la prueba y, además, fue criado por el Haras Don Alberto, la divisa de los chilenos Carlos Heller y Liliana Solari, que desde hace ya varios años tiene un satélite en el norte.
Asistente de veterinarios y también empleada del mítico D. Wayne Lukas, Antonucci conmovió al mundo de la hípica con esos saltos y esos gritos desencajados que acompañaron a su potrillo en la parte final del Belmont Stakes, cuando ya corría con la victoria asegurada.
De 47 años, y con apenas una década desarrollando una pequeña caballeriza en Florida, Jena fue "la historia" de la versión 155 de una carrera tan apasionante como competitiva. "Siempre voy a estar en deuda con Arcangelo. Tiene una honestidad gigante para con todos nosotros, un corazón... Es uno de los motivos por los que luchamos cada día de la semana. No dormí los últimos días, pero ahora sí podré descansar", fueron las primeras palabras de Antonucci, con lágrimas en sus ojos.
Luego, agregó: "Cuando salíamos caminando para el hipódromo, dije que no había una mesa hecha para mi; entonces uno tiene que hacer su mesa. Hay que poner a grandes personas a tu alrededor, trabajar duro. Todo vendrá si lo haces de la manera correcta. Entonces, hazlo de la manera correcta ".
El triunfo de Arcangelo tuvo su "llave" en la notable conducción que le dio Javier Castellano, que en un lapso de 5 semanas se dio el gusto de ganar por primera vez el Kentucky Derby (G1) -con Mage (Good Magic)- y el Belmont Stakes, en un momento fantástico de su trayectoria, ya recorriendo los 45 años. Mientras John Velazquez intentaba repetir el plato del Preaknes Stakes (G1) y traía al frente con firmeza a National Treasure, el venezolano nunca sacó al tordillo de los palos.
En la parte final de la última curva, Velazquez dejó los palos inexplicablemente sin cobertura, y por allí pasó Arcangelo para, una vez en una posición perfecta, aguardar los 300 metros para rematar con fuerza y terminar venciendo por 1 1/2 cuerpo al favorito Forte (Violence), que por un momento pareció que iba a entrar donde pudiera y arriba terminó descontando con fuerza.
Al hocico, Tapit Trice (Tapit) se quedó con la tercera colocación, con 3/4 de cuerpo de ventaha sobre Angel of Empire (Classic Empire) y Hit Show (Candy Ride), que empataron la cuarta colocación. National Treasure, que luchó mucho para mantenerse, terminó cansándose para finalizar en sexto lugar, todo tras 2m29s23/100.
"Esto es un sueño hecho realidad. Ganar dos carreras de la Triple Corona el mismo año es impresionante. Todo salió bien. Siempre hay algo por lo que pelear, y sigo trabajando fuerte, pero esto es especial", contó un emocionadísimo Castellano, orgullo de la hípica sudamericana.
Arcangelo, el potrillo que costó 35.000 dólares, que se vendió con un chip en un nudo y un OCD de los que debió ser operado, el del pedigree soñado, hizo realidad un sueño. Fue el tordillo el que puso el corazón para hacer del Belmont Stakes 2023 una carrera memorable y, claro, empujar a Jena Antonucci a un lugar único de la historia.
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