Bill Mott y Sovereignty, cuando el turf recuerda que también duele
- Turf Diario

- hace 6 días
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El campeón del Kentucky Derby, Belmont y Travers se quedó sin correr el Breeders’ Cup Classic por un pico de fiebre, pero su entrenador eligió la calma y la gratitud ante la adversidad

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Del Mar, California, Estados Unidos)
DEL MAR, California (De un enviado especial).- El sol de la mañana del jueves iluminaba el sector de Godolphin en el backstretch de Del Mar, pero el ánimo seguía gris. Sovereignty, el 3 años llamado a ser la gran figura del Breeders’ Cup Classic (G1), descansaba echado en su box, fuera de la competencia por un cuadro febril que obligó a retirarlo a menos de 72 horas de la carrera más esperada del año.
Su entrenador, Bill Mott, caminaba sereno, con esa mezcla de resignación y experiencia que sólo dan los años. “Está mejor hoy”, explicó. “Su temperatura ya está normal. Está siendo tratado con medicación para ayudarlo, pero su análisis de sangre luce bien, nada que asuste.” Palabras tranquilas, aunque cargadas de lo que no se dice: el dolor silencioso de ver cómo se escurre una oportunidad única.
Sovereignty había llegado como el gran favorito de la Classic (6-5 en el morning-line), tras una campaña monumental que lo consagró con triunfos en el Kentucky Derby (G1), el Belmont Stakes (G1) y el Travers Stakes (G1), tres joyas que lo colocaron en la conversación entre los mejores tres años de los últimos tiempos. Pero el turf no entiende de coronas anticipadas ni de méritos acumulados. En un abrir y cerrar de ojos, la fiebre del campeón cambió el escenario y dejó un vacío que se siente.
A pesar de todo, Mott -miembro del Salón de la Fama y uno de los entrenadores más respetados de la historia- optó por la templanza. “Mucha gente me ha escrito o se ha acercado a disculparse, pero no tienen por qué hacerlo. Esto nos ha pasado a todos. En este juego hay decepciones, no siempre en la Breeders’ Cup y con el favorito, pero todos lo hemos vivido.”
El comentario resume la filosofía del hombre que ha pasado por todo: victorias, tropiezos, glorias y desilusiones. A los 71 años, Mott sabe que la grandeza también se mide en la forma de aceptar los golpes que el turf reparte sin previo aviso.
Ya sin caballo en la carrera, el entrenador se permitió hablar como un aficionado más. “Creo que Sierra Leone (Gun Runner) será difícil de vencer, y que Forever Young (Real Steel) tiene mucho que decir. También espero que los 3 años que corren -sobre todo Journalism (Curlin) y Baeza (McKinzie), que enfrentaron a Sovereignty- tengan grandes actuaciones.”
Mientras tanto, el futuro del hijo de Into Mischief queda en suspenso. “Aún no hay un plan definido sobre cuándo regresará a Kentucky ni sobre qué vendrá después. Espero que pueda correr el año que viene. En unos días lo sabremos.”
El deseo suena a promesa: la historia de Sovereignty no terminó, sólo se detuvo por un instante. El campeón que conquistó los corazones de todos sigue siendo el mismo, sólo que esta vez el turf le recordó a todos -incluso a los más grandes- que también sabe doler.





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