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Con alma de tango y ambición de gloria, Amor de Contramano va por su Estrella

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 28 jun
  • 3 Min. de lectura

El pupilo de Juan Saldivia encabeza el lote del Gran Premio Estrellas Juvenile (G1), buscando reafirmar su condición de líder entre los potrillos


Amor de Contramano, un potrillo que ilusiona grande / JUAN I. BOZZELLO
Amor de Contramano, un potrillo que ilusiona grande / JUAN I. BOZZELLO

Hay mañanas de invierno en las que el aire crujiente de Palermo susurra historias, y hay tardes en las que el sol, tibio aún, presagia glorias. Hoy, la pista porteña se viste de gala para una nueva edición de las Carreras de las Estrellas, y en el corazón de esa jornada, el Gran Premio Estrellas Juvenile (G1-1600 m, arena, $ 40.000.000 al ganador), para potrillos de dos años, promete escribir uno de esos capítulos que se atesoran. Es una prueba donde los sueños de consagración bailan al compás del destino, y en ese ballet, todas las miradas apuntan a un nombre que suena a tango y a epopeya: Amor de Contramano.

El tordillo que defiende los colores del Stud LasCanarias no es un caballo más en la gatera. Llega a esta cita con el aura del que ha demostrado ser diferente, del que puede cambiar la historia de su generación. Su exhibición del 1 de mayo último, cuando conquistó el Gran Premio Montevideo (G1), fue sencillamente espectacular. Una demostración de poderío, solvencia y un futuro ilimitado que lo catapultó a la cima de los juveniles. Hoy, en la arena que lo vio brillar, buscará una consagración que lo ubique como el Campeón 2 Años Macho indiscutido de la temporada, sellando con un sello de oro una campaña que ya es admirable.

Sin embargo, el camino a la leyenda nunca es llano. En el pulso del entrenamiento, hace apenas unas semanas, un pequeño traspié encendió una leve alarma. Un suspiro de incertidumbre que, afortunadamente, fue solo eso: un suspiro. Amor de Contramano se recuperó sin problemas, mostrando la fortaleza y resiliencia de los grandes. Pero esa mínima incógnita añade un condimento extra de expectativa a su presentación de hoy. ¿Será capaz de mantener esa superioridad abrumadora?

La respuesta no será sencilla, porque la oposición que enfrentará está a la altura del desafío. Desde San Isidro llega Drive Joy, de sobresalientes credenciales en el césped. Supo imponerse con autoridad en el Clásico Chevalier (G2) y luego recolectó un meritorio tercer puesto en el exigente Gran Criterium (G1). Su salto a la arena de Palermo es una de las grandes incógnitas de la carrera. Adaptarse a esta superficie, en un G1 de la magnitud de las Estrellas, es una prueba de fuego que definirá su verdadero potencial. Si logra trasladar su notable rendimiento de la grama al barro palermitano, se convertirá en un rival de máxima peligrosidad.

Y el menú de figuras no se agota allí. La lista de contendientes incluye al invicto Nikolai D, un hijo de Daddy Long Legs que causó una tremenda impresión en su debut. Su victoria fue tan contundente como prometedora, dejando en el aire la sensación de que hay mucho más por ver de él. 

Finalmente, Nevado Catedral (Gouverneur Morris) es otro nombre que resuena con fuerza. Su primer triunfo también dejó una gran impresión, sugiriendo que posee las herramientas necesarias para codearse con los mejores de su generación. Si bien no cuenta con la chapa de ganador de grupo como Amor de Contramano, su evolución y el potencial vislumbrado lo convierten en un serio aspirante a terciar y, por qué no, dar el gran golpe.

Aun perdedor, Marruecos (Leofric) se las ingeniará para salir bien parado, y hay ilusión en que Neat Colt (Treasure Beach) pueda tener el poder para dejar una buena imagen.

El Gran Premio Estrellas Juvenile (G1) es, sin lugar a dudas, un verdadero carrerón. Es la culminación de meses de trabajo, de sueños gestados en cada haras y de la esperanza de ver nacer a una estrella. Amor de Contramano buscará escribir su nombre en la historia grande, enfrentando el desafío de confirmar su hegemonía ante rivales que prometen batalla hasta el último metro. La arena de Palermo espera, lista para vibrar con cada galope, con cada esfuerzo, en una tarde donde la pasión y la gloria se darán cita.

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