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Con alma y temple, Honest Boy voló en el 25 de Mayo y tocó el cielo con las manos

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 3 días
  • 3 Min. de lectura

El pupilo de Carlos D. Etchechoury fue imparable en los metros finales, borrando al favorito Don Feres y dándole a Ortega Pavón otra joya G1 en un día consagratorio; 1-2-3 para el entrenador


Eduardo Ortega Pavón festeja con Alma y Vida en las riendas de Honest Boy / JUAN I. BOZZELLO
Eduardo Ortega Pavón festeja con Alma y Vida en las riendas de Honest Boy / JUAN I. BOZZELLO

Por Diego H. Mitagstein

Ganar de atropellada el domingo en el Hipódromo de San Isidro parecía una misión casi imposible. Hasta que llegó Honest Boy para volar en la recta y alzarse con la versión 2025 del Gran Premio 25 de Mayo - Copa Dr. Enrique Olivera (G1-2400 m, césped húmedo), la carrera principal de una jornada repleta de emociones y de calidad y que, desgraciadamente, no contó con el marco de público soñado.

Fue otro triunfo grande, diferente, para el Stud Haras El Angel de Venecia, colores de cercanía absoluta con las copas más potentes de nuestra hípica, con el entrenador Carlos D. Etchechoury dictando cátedra, consiguiendo el 1-2-3, en un marcador que completaron Pecado Original (Global Hunter) y el brasileño Out of the Blue (Drosselmeyer), sus otras dos cartas en los partidores.

Lo que se le había negado por poco en el Gran Premio Jockey Club (G1) de 2024 y también en el más cercano Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz (G1), se concretó ahora, en su cuarto intento en el plano mayor, pues también animó el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1), donde falló.

Como contrapartida de la felicidad en el equipo de Honest Boy, estuvieron las caras largas que dejó la actuación del crack peruano Don Feres (Singe the Turf), enorme favorito, llegando anteúltimo muy lejos y, al menos en un primer análisis, consumido por una cancha que no perdonó, bastante más complicada que el cartelito de húmeda que se le colgó.

De físico mediano (peso 450 kilos), Honest Boy no le hace precisamente fáciles las cosas a su entrenador, pues varearlo representa un riesgo de quedarse sin nada. Manejar esa situación que tantas veces se da fue un mérito de Dany, que Carlos Felice, propietario del alazán, resaltó: "Esto es del cuidador y de su equipo. Yo creía que no podía correr 2400 metros y ser competitivo, pero me dijo que lo iban a hacer llegar y aquí está el resultado".

Honest Boy fue guiado con mano de seda por Eduardo Ortega Pavón, el jockey paraguayo que fue gran figura de la jornada, ganando también el Gran Criterium (G1) con Ardiendo (Remote).

En una carrera sin punteros y sin ritmo, no se desesperó pese a correr bastante retrasado con Honest Boy mientras Don Feres se mostraba al frente junto a los palos y marcado de cerca por la yegua Knows All (Le Blues).

Ortega empezó a ganar cuando arrimó a Honest Boy en la curva y le buscó la mejor colocación posible para encarar el derecho. Una vez que encararon las tribunas, al tiempo que Pecado Original dominaba rápidamente al endeble Don Feres, el jinete no se apuró y solo le pidió el esfuerzo mayor a su potrillo de los 350 metros al disco.

Ante el requerimiento, la respuesta fue fenomenal, con Honest Boy exhibiendo un cambio de ritmo llamativo ante las condiciones reinantes, y doblegó por 1 1/2 cuerpo a Pecado Original, que tuvo un debut jerárquico tremendo. También descontando desde el fondo, Out of the Blue fue tercero  5 largos más, todo en larguísimos 2m33s44/100.

La yegua Knows All demostró que a más metros mejor, y fue cuarta, delante de un Acento Final (Treasure Beach) que no encuentra el rumbo. ¿Don Feres? A más de 33 cuerpos del vencedor, apagado, agotado, con sus imponentes 536 kilos naufragando en lo blando del piso, una experiencia que nunca había vivido en su fenomenal campaña. 

Salvo que los veterinarios indiquen lo contrario y alguna dolencia aparezca en las próximas horas, habrá que dar vuelta la página de inmediato con el peruano, que tiene el objetivo de correr el Latinoamericano (G1) de octubre en Gávea, Río de Janeiro; sin embargo, allí la pista blanda es casi cuestión común, un dato que obligará a sus propietarios a pensar bien tras lo que le sucedió ahora. Un tropezón no es caída.

Criado por el Haras Santa María de Araras, Honest Boy le dio el décimo tercer triunfo de G1 al Stud Haras El Angel de Venecia, y se convirtió en el segundo vencedor en el máximo plano que produce Honey Happy (Lode), su madre, que, también con Heliostatic (Galileo) había dado a Hole In One, en el pedigree de la francesa Blessings (Floribunda), un emblema para la cabaña de Julio Bozano, el de los G1 Sings (Utópico), Bleding (Utópico), Big Board (Lode) y Honey Rose (Lode).



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