El caballo de San Benito se impuso de punta a punta en la milla de césped de Palermo y se recuperó de su traspié en el Estrellas Mile
Rapidito olvidó Don Latido el mal paso en el Gran Premio Estrellas Mile (G1) y este sábado en el césped del Hipódromo Argentino de Palermo dio otro pasito en su camino para sumarse al grupo más destacados de los caballos de la media distancia en nuestro país, sin dudas, una de las divisiones más competitivas de la actualidad.
Caballo de físico menudo -muy común en los hijos de John F Kennedy-, al que Carlos D. Etchechoury viene llevando con mano de seda, el alazán está en un proceso de desarrollo interesante, quemando etapas con muchísima efectividad, consiguiendo en poco tiempo varios méritos destacables.
Ya se había quedado en la grama de San Isidro con el Clásico Pippermint (G2), tras pagar el derecho de piso en el terreno mejor rentado fallando en el Clásico Austria (L), y ahora fue terminante, asumiendo un rol protagónico desde el salto, casi sin dejar mover a sus adversarios.
El reservado de San Benito no fue el más presto al partir, pero no tardó demasiado en ir dominando abierto, dentro de un lote breve de 5 participantes. A medida que el alazán se iba afirmando, el resto adoptaba una táctica expectante, dejándolo moverse con ritmo firme pero no apurado.
Ya antes de ingresar en la recta, William Pereyra tomó una decisión que definió todo, moviendo a Don Latido y sacando de paso al resto, estableciendo ventajas claras en un par de segundos y quedando luego por delante lo más fácil de su faena: mantenerse.
El puntero siguió corriendo firme y desde atrás no aparecieron atropellada, cruzando el disco con 5 cuerpos de ventaja sobre Sonny Bill (Portal del Alto), mientras a 2 más Portal del Este (Portal del Alto) cerraba la trifecta. Cuarto, a 1 1/2 largo, llegó el favorito Un Rayo (Easing Along), que no tuvo furia, con Toque Especial (Hurricane Cat) cerrando la marcha lejos, pagando caro el saltar desde las alternativas a las graduales. El ganador resolvió la historia en la buena marca de 1m34s3/100, con un parcial para los 400 metros iniciales de 24s1/100 y para los 1200 metros de 1m10s52/100, sin conocerse cuánto demoró para los 800...
Don Latido , que ahora suma 5 triunfos en 11 salidas, 2 de ellas de grupo y todas sobre el césped, con 9.020.800 pesos en premios, pertenece a la familia más generosa que desarrolló Andrés Basombrío en San Benito, la que tiene como insignia a Doña Polenta (Candy Stripes), pero que arrancó con Handle With Care (Woodman), a la que importó desde los Estados Unidos para que luego se convirtiera en una de las fundadoras de la cabaña.
Handle With Care fue madre de Doña Polenta, pero también de la G3 Doña Polola (Perfectperformance), de la placé clásica Doña Posta (Mutakddim) y abuela o bisabuela del G1 Don Ladino (Lucky Roberto), del G3 Don Palco (Orpen) y de la clásica Doña Lajita (Lucky Roberto), que luego produjo al G3 Don Jilguero (Cityscape).
La excepcional sprinter Doña Polenta, por su parte, es madre de la campeona Doña Ley (Orpen), luego vientre del G1 Don Empeño (Exchange Rate); a los G2 Doña Letra (Val Royal) y Don Letal (Orpen), y al clásico Don Lecost (Orpen), entre otros.
Don Latido da continuidad ahora a ese legado y a ese acierto de San Benito cuando escogió importar a Handle With Care, sin dudas, una de las yeguas madre más influyentes de los últimos años en la Argentina.
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