La hija de Cityscape se reencontró con el triunfo después de más de 13 meses
Le costó, pero lo buscó incesantemente y para Durmia (56 kg.) por fin llegó el momento de reencontrarse de la victoria. A más de 13 meses de su último festejo, la hija de Cityscape volvió a cruzar el disco adelante, quedándose este miércoles con el Clásico Potri Pe (1000 m, césped), la otra prueba por encima del nivel que ofreció la jornada que se resolvió en el Hipódromo de San Isidro.
Varias veces de un festejo jerárquico, ahora sí la yegua del Stud Cuatro Zetas puede contar uno entre sus tabuladas, tomándose amplia revancha de Hanau (Manipulator, 56 1/2), que la había dejado cuarta cuando se midieron en el Handicap Mat Boy, aunque con los kilos a la inversa.
Enemiga en los boletos, la pupila de Elvio Bortulé vino corriendo al son de la banda desde la partida, luchando mano a mano con la experimentada Lindaflor La Violeta (Most Improved), de la que comenzó a desprenderse por los 350 metros.
Esas ventajas ayudaron a Durmia a contener luego la carga de Hanau, que descontó, pero no lo suficiente, terminando como escolta a medio cuerpo de la ganadora, cuyo tiempo fue de 55s32/100. A 2 largos más Lindaflor La Violeta cosechó un placé más, en una trifecta mundial.
Criada por el Haras Tiveres, una de las cabañas que en Argentina privilegia la calidad por sobre la cantidad, Durmia no es una yegua a la que le sobre demasiado físico (pesó 430 kilos), pero siempre mostró tener corazón y velocidad.
Ahora dueña de 4 triunfos, todos sobre la recta de grama de San Isidro, y con la mayor parte de su campaña desarrollada en las carreras importantes, Durmia tomó mayor regularidad y la madurez la va afirmando en una división donde no hay una dominadora excluyente.
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