En una actuación de alto vuelvo, la tordilla del Stud Chos Malal apabulló a sus rivales y mantuvo su condición de invicta
Por Diego H. Mitagstein
El Gran Premio Enrique Acebal (G1) encontró este sábado a su candidata. No importa qué nombres estén del otro lado del ring cuando llegue la hora, tengan gran experiencia o más cartel. A la que habrá que ganarle es a Cima de Areco.
Quizás pueda decirse que el lote que animó el Clásico Federico de Alvear (G2-1800 m, césped) fue de los más flojos que se hayan visto en los últimos años, y quienes así opinen tendrán razón. Pero también habrá que enfocarse en la tremenda actuación de la tordilla del Stud Chos Malal, divisa que, a pocos meses de disfrutar de la campeona Belleza de Arteaga (Cosmic Trigger) -y exportada con destino Japón-, tiene otro nombre para soñar.
Con dos victorias condicionales contundentes como carta de presentación, la hija del subestimado Cima de Triomphe dio otro salto de nivel, apabullando a sus rivales con una facilidad asombrosa, estilo auto. Bastó que William Pereyra la llamara a la realidad en el derecho para que arrancara con una fuerza tremenda, se desprendiera y llegar al disco haciendo juegüito... Impactante.
Fueron 6 cuerpos los que estableció sobre Rafita Bella (Treasure Beach), que le dio un destacado 1-2 al entrenador Juan Saldivia. Luego, llegaron casi todas juntas, salvo por La Guernica (Il Campione) y la puntera Melody Free (Endorsement), con las comunes como objetivos a los que volver para ellas, hecho el intento en el plano mayor.
Criada por el ya desaparecido Haras San Lorenzo de Areco, lo que es decir, por Su Santidad, Miguel Lagos Marmol, Cima de Areco tiene una madre Candy Ride (Ride the Rails), cuya leyenda se agiganta, se agiganta y se agiganta, no importa el lugar del mundo donde se lea esta frase.
Hermana materna del muy corredor Confused (Lenovo) y del placé de G3 De Vicenzo (Storm Surge), además de otros 3 ganadores, Cima de Areco tuvo una labor 5 estrellas y fue la gran figura de la notable tarde de sábado en el Hipódromo de San Isidro.
Ya mostró que corre mucho en la arena o el césped y ahora encarará el Enrique Acebal con más roce, más hecha y como el nombre a vencer.
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