El argentino Matarani ganó el Clásico Martinelli Tizón

El hijo de Endorsement se reencontró con la victoria después de casi un año y medio, en Monterrico

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Más de 16 meses debieron pasar para que el bueno de Matarani pudiera ponerle fin a una racha sin triunfos que parecía interminable. Fue este sábado en Monterrico, donde el caballo argentino se quedó con el Clásico Martinelli Tizón (L), que se disputó sobre 1400 metros en la arena.

Uno de los mejores ejemplares de 2022 aquí, ganando, por ejemplo, los clásicos Jockey Club del Perú (G1), Comercio (G3) y Kevin, además de haber sumado numerosos arrimes de jerarquía y hasta de haber sido representante en el Longines Latinoamerocano (G1), el hijo de Endorsement y Quinary (Luhuk) parecía haber perdido el rumbo después de fracasar en una condicional y en el Comercio.

Sin embargo, una breve pausa y la vuelta a la media distancia le permitieron mostrar aquél viejo talento para lograr una conquista sin inconvenientes, dando cuenta por 1 1/2 cuerpo de Rey Elías (Catcher In the Rye), en lo que fue un 1-2 para la cría argentina. A otros 5 cuerpos, Mairemindúa (Gran Profeta) completó la trifecta, todo tras 1m24s69/100.

Criado por el Haras La Quebrada y defensor del Stud Arriba Arequipa, Matarani es preparado por Augusto Olivares y llevó en sus riendas a Miguel Vilcarima. Ahora, su campaña habla de 7 festejos en 25 actuaciones y aún con 6 años, parece no haber dicho su última palabra.

El fin de semana en Monterrico tuvo su cruce de mayor jerarquía con el Clásico Hipódromo Monterrico (G2-2200 m, arena), ya empezando a mirar de reojo lo que será en abril próximo el regreso del Gran Premio Latinoamericano a tierras incas. Con Edwin Talaverano en su silla, Gluck (Koko Mambo y Musical Prodigy, por Bernstein, Haras San Pablo) respondió de gran manera para derrotar por 2 1/4 cuerpos al favorito El Teniente (Power World), dentro de un lote que vio terminar tercero al argentino El Gran Quintero (Hit It a Bom).

Cabe mencionar que Gluck debió haber sido montado por Renzo Ramos, que sufrió una rodada.