En gran forma, el hijo de Il Campione se reencontró con la victoria después de 9 meses llevándose el Clásico Good Manners (1600 m)
La Argentina es uno de los pocos países en el mundo donde los caballos pasan del césped a la arena como si fuera normal, como si fuera lo mismo. Está comprobado que hay caballos que corren más sobre una superficie que sobre otra, aunque, claro, "corren en todas".
El regreso de El Exito a la tierra del Hipódromo Argentino de Palermo dejó en claro de que allí el hijo de Il Campione es mucho más peligroso que en la grama, donde tuvo buenas actuaciones e incluso victorias, pero nunca luciendo de la forma en que lo hace en La Catedral.
Después de casi 9 meses, el caballo del Stud F. Enrique se reencontró con la victoria y volvió a lucir esa potencia que lo distinguió durante el primer semestre de 2024, quedándose de forma contundente con el Clásico Good Manners (1600 m), la prueba central de la agobiante jornada del sábado, que comenzó a las 14:30 y expuso a caballos, profesionales y público; incluso, se vieron episodios dramáticos con algún ejemplar que cayó en la cancha, agotado. No la entienden los dirigentes, hasta que pase algo mucho más grave y nos lamentemos todos.
Volviendo al homenaje al inolvidable padrillo del Haras Ojo de Agua, lo de El Exito fue para entusiasmarse de cara al objetivo de defender su corona el 1 de mayo en el Gran Premio de las Américas - OSAF (G1). Temprano Martín Valle lo ubicó en persecución de su hermano paterno El Despertar, lo igualó al pisar el derecho y poco a poco fue dominando en la recta final, desprendiéndose con categoría cuando Fiolo Boss (Holy Boss) intentó amenazarlo.
En el disco, El Exito estableció 5 cuerpos sobre este último, con My Stormy Dark (In the Dark), Boyero Spring (Greenspring) y El Despertar cruzando luego en fila india, todo en una destacada marca de 1m34s8/100.
Preparado por José C. Blanco, y de la cría del Haras El Paraíso, El Exito corrió 5 veces en la arena porteña y ganó en 4 de esas ocasiones, perdiendo solo la tarde de su debut. Claramente, es más allí que en el césped, y no solo por lo que indican los números, sino por la acción que muestra, la forma en que se mueve y en que remata, una virtud que siempre tuvo a mano.
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