Las yeguas sudamericanas están en gran forma hacia sus desafíos del sábado próximo; a cada paso se mezcla la historia y la vigencia, en uno de los hipódromos más lindos del mundo
Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a California, Estados Unidos)
ARCADIA, California (De un enviado especial).- Uno de los grandes motivos por los que la Breeders' Cup se corre repetidamente en Santa Anita Park es por el fantástico clima que tiene esta parte de los Estados Unidos a esta altura del año. Sol, calor intenso pero no sofocante -más allá de sus clásicas mañanas frescas...-, poca humedad, un panorama ideal para disfrutar grande de un entretenimiento tan fabuloso como la serie de carreras más importante del mundo.
La primera vez que el hipódromo local se tiñó de violeta fue allá por 1986, cuando se corría apenas la tercera edición. Luego regresó en 1993, 2003, 2008, 2009, 2012, 2013, 2014, 2016 y 2019, siempre con un éxito rotundo en materia de convocatoria, aunque no tanto como sucede con Churchill Downs.
Entre viernes y sábado la versión 40 de la Breeders' Cup volverá a "tomar posición" del maravilloso Santa Anita, historia pura en cada baldosa, donde ingresar en sus salones internos es pasear por otros tiempos, con muchísimos sectores prácticamente en su "formato individual", provocando esa sensación de que tranquilamente uno podría chocarse con Seabiscuit (Hard Tack) cuando se asoma a la pista.
El movimiento ya es grande de mañana, no sólo por la prensa, sino también por la enorme cantidad de propietarios, dirigentes, profesionales, criadores y visitantes que se dan una vuelta por el famoso Clocker's Corner, allí a la salida del codo, para tomar un café y charlar de carreras y de caballos.
Argentinos hay varios, comenzando por Julio Menditeguy y su esposa, pasando por Agustín Villamil y por John Fulton, "gringo", es cierto, pero ya más "argento" que muchos. Fernando Fantini, chileno de origen, pero "casi como John" es otro al que se puede cruzar en las tribunas, como a Luis Bouza (ya parte de la escenografía). Por allí anda también Ariel Beca, que fuera jockey en nuestro país, galopara aquí y hace ya un tiempo trabaja como herrero. Y muchos más se sumarán con el correr de las horas.
El miércoles fue un día tranquilo para Didia (Orpen) y Le Da Vida (Gemologist), las representantes sudamericanas en esta versión de la Breeders' Cup. Asombra la clase de la argentina, ya hace algunas semanas instaladas aquí, en una situación que manifiesta ante cada movimiento, mostrándose en casa.
Alrededor de las 7,45 asomó por la pista, luego del "break" y de que los que tenían previsto trabajar lo hicieran (la pista se da primero para los ejercicios formales y luego para los más suaves). Galopó una vuelta y en gran forma, suelta, con acción espectacular y sólo como rutina. A eso de las 10 fue Le Da Vida la que salió también a "reconocer" el terreno, exhibiendo un estado formidable, mucho más teniendo en cuenta de que se trata de un "yeguón".
Nacho Correas, el entrenador de ambas, está tranquilo y satisfecho sobre cómo llegan al objetivo; se sabe, apuntar a una carrera y arribar en forma ideal nunca es fácil cuando se habla de caballos. Para colmo, el argentino "anda volando", como que hace unos días su yegua Leelo (Practical Joke) fue segunda en el Iroquois Stakes (L) de Aqueduct y ayer nomás se sacó la foto con la muy corredora Watch This Birdie (Astern) ganando un bravo allowance optional claiming para Michael House, uno de los propietarios que lo apoyan desde el día uno. Está visto. Es el momento. Que se haga.
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