La hija de Daniel Boone de Santa María de Araras se impuso por medio cuerpo sobre Lilica en el Clásico Doria
Definitivamente Tropeadora se siente muy cómoda sobre el césped del Hipódromo de San Isidro, al que regresó este domingo para reencontrarse con la victoria, quedándose de forma inapelable con el Clásico Doria (1400 m), la prueba más importante de la reunión y que se resolvió sobre pista húmeda.
Fue allí donde ganó debutando y también en la cancha donde repitió haciéndose titular de G1 en el Gran Premio de Potrancas; y también en el verde del coloso del norte se había quedado con el Clásico Empiric. La única vez que perdió allí fue en las 2000 Guineas (G1), cuando fue cuarta de Polvorada (War Command), pero una mala tarde la tiene cualquiera...
Con Rodrigo Blanco en sus riendas, y portando intermedios 57 kilos, la hija del muy generoso Daniel Boone y que corre para su criador, el Haras Santa María de Araras, esperó siempre por dentro mientras Got Faith (Orpen, 56) marcaba el camino, se filtró por los palos al promediar la recta y arriba controló por medio cuerpo la estocada de Lilica (War Command, 55), que tardó demasiado en arrancar, para completar ambas el 1-2 de las potrancas y del preparador Carlos D. Etchechoury. A media cabeza, Water City (Cityscape, 59) sumó otra labor importante a su generosa campaña.
Fue de 1m23s88/100 el tiempo que empleó Tropeadora para festejar por cuarta vez en su campaña, fortaleciendo su pedigree para su futuro en la reproducción y buscando volver a terciar entre las referentes de la media distancia en San Isidro.
Su madre es la brasileña Top Road (Signal Tap), que en nuestro medio se impuso en 3 ocasiones en San Isidro y Palermo, arrimando en algunos clásicos y handicaps. En la cabaña, además de la heroína del Doria también produjo al placé de G3 Tornazolado (Aerosol) y a los ganadores Torpedo Run (Heliostatic), Top Model Queen (Campanologist) y a Topeka (Heliostatic).
Tropeadora ganó bien en su pista preferidad y el calendario le brinda un panorama bastante generoso. Incluso, ya más serena y madura, hacer algún intento más allá de la milla no sería ninguna locura, se lo tiene bien ganado.
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