Había terminado segundo de American Psycho, que se abrió mucho en el final y fue justificadamente bajado al segundo lugar
El Clásico Yatasto (G3-2400 m, césped), preparatorio para el Gran Premio Copa de Oro (G1) y en la ruta hacia el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1), se definió en el comisariato. El disco encontró a American Psycho (Bodemeister) con ventaja mínima de ventaja sobre Epityrum (Portal del Alto), pero el haber perdido la línea ostensiblemente hacia afuera en los 100 metros finales fue dato lo suficientemente contundente como para que los comisarios decidieran su justificado distanciamiento al segundo lugar, ante el reclamo que interpuso Martín Valle, jinete del escolta.
Fue una pena, porque, durante gran parte de la recta final, los dos habían ofrecido un interesantísimo mano a mano, luego de que It Looks Nice (John F Kennedy) oficiara de ocasional y tibio puntero. Primero dominó American Pyscho, y con ínfulas de hacerse inalcanzable, pero, cuando Epityrum abandonó la pasividad del último lugar que había ocupado durante la mayor parte del desarrollo, todo se hizo vibrante.
Parecía que resistiría American Psycho, pero su sesgo quitó perspectiva, pues le impidió moverse con plenitud y también hizo difícil la larga carga de Epityrum, que sobre la meta se arrimó tanto como para perder momentáneamente por la diferencia más chiquita de todas.
Hubo bandera amarilla, análisis del desarrollo y la decisión final, inobjetable ante la evidencia de la cámara de frente. A 5 cuerpos, Don Champagne (Long Island Sound) sumó otro arrime a su cartilla generosa y, a media cabeza, el veterano Soñador Spring (Greenspring) quedó cuarto.
¿Qué pasó con el favorito Natus Vincere? No se lo vio nunca, y terminó llegando último a 22 cuerpos del ganador, en una performance totalmente anormal y que tiene todos los boletos para encontrar el justificativo en la revisación veterinaria que se le realizará, como es de rigor, en los próximos días.
Epityrum venía de correr carreras duras en Palermo y ahora, ante rivales inferiores respecto de aquellos, alzó nuevamente la voz, como había sucedido en las 2000 Guineas (G1) de 2023 y en el último Clásico Chacabuco (G2). Fue en el comisariato, es cierto, pero los triunfos valen lo mismo allí como en la pista.
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