Tras llegar segundo en el Ciudad de La Plata (G2), el hijo de Angiolo llegó a su primera gran victoria venciendo a Pan y Circo
LA PLATA.- Lo que se le negó por poco el 19 de noviembre último, se le dio este martes al ascendente potrillo Es Aristocrático. Tras caer en los metros finales del Clásico Ciudad de La Plata (G2) ante la atropellada del rosarino El Mejor Recuerdo (Il Campione), ahora el caballo del Stud Pauli encontró una rápida revancha levantando la copa del Clásico Uberto F. Vignart (G3-1200 m, arena normal), prueba central de la jornada en el Bosque y una especie de revancha de lo ocurrido en el cruce más trascendente de la temporada en el ámbito local en la categoría de la velocidad.
En plena etapa de crecimiento, da pasos firmes el zaino que prepara en el Campo 2 de San Isidro Marcelo Sueldo, pero que fue presentado por Juan Pablo Díaz. Previo quinto en el Clásico Benito Lynch (L), muestra un poder singular con su carga, esa que le permitió avanzar en la recta final hasta dominar en la última cuadra al puntero Pan y Circo (Qué Vida Buena), que hizo el gasto bajo parciales de 24s9/100 y 47s52/100.
En el disco hubo un cuerpo en favor del favorito sobre el líder, de muy valiente labor, mientras que a medio más Amigazo Mak (Maktub) descontaba para completar la trifecta, con Arcanum (Horse Greeley), otro de los candidatos, quedando sólo sexto y sintiendo la reiteración permanente de esfuerzos. El tiempo de 1m11s20/100 fue muy positivo.
Criado por el Haras Tres Jotas en La Mission Robles, Es Aristocrático responde a una de las familias que aquella cabaña desarrolla desde que su chaquetilla pisó las pistas. Hermano materno de la G3 Salonika (Roman Ruler), tiene por abuela a la recordada Souriante (Lyphmas), ganadora de varios clásicos y que luego produciría de forma estupenda, pues de ella surgen nombres como los de Madonna Benois (Angiolo), Mery Laurent (Angiolo), Soyer (Senor Pete), Sonrisar (Salt Lake) y su hija Sonrisada (El Corredor), entre otros.
Es Aristocrático llegó para quedarse a la siempre competitiva velocidad con codo, y, teniendo en cuenta su juventud y sus progresos constantes, puede afirmarse sin temor a error que lo mejor de su parte todavía está por venir.
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