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Falleció Oscar Mansilla, jockey querido, figura de los hipódromos

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

El Gato permanecía internado por una infección que no pudo superar. Tenía 71 años y supo ganar el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) de 1977 con El Muñeco

Hace un puñado de días el cronista se cruzó con Oscar Mansilla en Palermo. Tenía su típica boina, a pesar del calor, y la broma, ya reiterada, se caía de madura. Su respuesta fue con esa picardía que llevaba bien adentro, y sonrisa de por medio. Cuesta creer que hoy el Gato ya no esté entre nosotros, falleciendo en la mañana de hoy tras no poder superar un cuadro de infección.

Tenía 71 años y casi los mismos de transitar los hipódromos, esos que lo vieron brillar como jockey, entrenador, aprontador y dirigente; los mismos que lo van a extrañar muchísimo de aquí en adelante. Hombre de San Isidro, ganó el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) de 1977 en Palermo con El Muñeco y el Gran Premio José Pedro Ramírez (G1) de Maroñas, en Uruguay, en 1979, en su carrera sobre los caballos.

Desde abajo, como preparador, se dio el gusto de alzar la copa del Gran Premio Polla de Potrillos (G1) en 2003 con Fogoso Nov (Romanov) y del Gran Premio 25 de Mayo (G1) de 2006 con Flag's Boy (Flag Down), siempre desde su base en el Haras Cardales.

Mano derecha de Juan Carlos y Juan Sebastián Maldotti en los últimos tiempos, la vida del Gato tuvo permanente vinculación con la Asociación Gremial de Profesionales del Turf , participando permanentemente de gestiones benéficas y también ocupando diversos cargos en la entidad.

Apasionado del turf, charlar con él era tan didáctico como entretenido. Mezclaba todas sus vivencias con su visión del momento, añorando que el turf alguna vez pudiera volver a ser lo que fue. Se apasionaba en esas conversaciones, sin importar quién estuviera de por medio; Oscar te cantaba las cuarenta, te gustara o no te gustara.

Querido por todos, su figura alta y flaca, su paso con las manos en los bolsillos, se extrañarán en San Isidro y Palermo, donde encontró su vida y de los que jamás se fue. Con el Gato Mansilla se fue un buen tipo. Un hombre de turf.

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