La campeona uruguaya retornó de su retiro y de una seria lesión ganando este domingo en Maroñas el Clásico Rogelio Rodríguez y José M. Ferro (1000 m, arena), ante los machos
MONTEVIDEO, Uruguay (Especial para Turf Diario).- El brazo en alto de Luis Herrera tomando de las riendas a su adorada Girona Fever lo decía todo. En su gesto envolvía la alegría enorme del momento, pero también todo lo que transcurrió desde aquel retiro inicial tras la lesión que la sacó del medio en la cúspide de su campaña, la operación, el tiempo transcurrido y el enorme trabajo realizado por todo su equipo para que la campeona regresara a las pistas después de casi 9 meses y con una victoria, otra más para su palmarés formidable.
La hija de Texas Fever es crack, no es ninguna novedad. Pero hasta para el mejor el desafío que enfrentaba este domingo en el Clásico Rogelio Rodríguez y José M. Ferro (1000 m, arena) de Maroñas, ante los machos, era gigante. ¿Tendría la misma energía de antes? ¿La lesión sería sentir en su confianza? ¿El tiempo habría hecho su trabajo negativo para sus 6 años?
Pues bien, a la hora de la verdad, Girona Fever respondió con su grandeza inigualable para conseguir la mejor respuesta a los interrogantes con una victoria a fuerza de calidad, cargando abierta en la recta tras venir tercera para derrotar por medio cuerpo al brasileño Metido a Bacana (Put It Back), en 58s53/100.
Ahora con récord de 20 primeros en 23 salidas, contando sus dos victorias en Palermo, cuando derrotó a Labrado (Le Blues) en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1), y a Che Maga (Violence) en el Clásico Venezuela (G2), Girona Fever tiene todo el terreno por delante para enfrentar la hazaña que dispongan sus conexiones, siempre y cuando la salud la ayude, por supuesto.
"Todo este tiempo fue difícil, pero desde el momento que tomé la decisión de operarla sabía que iba a volver. Le di libertad al equipo y hasta me sorprendí al verla anotada en esta carrera. Ese día empezaron los nervios y en la semana la fui llevando bien porque estaba confiado: sabía que si corría era porque estaba con los 10 puntos, no íbamos a arriesgar nada. Fue un trabajo largo y no valía la pena apurarse. Volver y volver de esta forma... Es una fuera de serie", contó Herrera, feliz y satisfecho.
Por su parte, Federico Píriz, su jockey de siempre, contó: "La idea era correr adelante, pero salieron 2 rivales fuertes y busqué guardarle un poco por la larga reprise, y salió todo redondito. Ella es mansa y la corrés donde vos quieras, después hizo lo de los caballos buenos. Estoy contento por ella, que nos dio muchas alegrías y llegó bien, que era lo fundamental".
"Estaba muy bien y todo el tiempo la monitoreamos, enfocándonos en la salud. Por eso estaba anotada y nos regaló otra tarde inolvidable. Y el público merece compartir esta emoción, porque esos gritos en la recta seguro la empujaron", finalizó Herrera, sin trazarse objetivos, al menos por ahora.
Volvió Girona Fever. Volvió la crack. El turf uruguayo, y el sudamericano, lo festejan. Siempre es bueno poder disfrutar desde cerca a los caballos diferentes.
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