La hija de Hit It a Bomb fue imparable en el Clásico Olavarría (G3), llegando a su mejor victoria, casi sin esforzarse
Soberbia actuación la de Glory Bomb en el Clásico Olavarría (G3), ratificando su gran actualidad, afirmándose como una de las principales sprinters sobre césped y alimentando las expectativas de dar pelea en el nivel más importante de la división en los meses por venir, allí donde Arellano (Angiolo) domina y Labrado (Le Blues) espera por un regreso genial.
Casi sin esfuerzo fue la nueva conquista de la hija de Hit It a Bomb sobre el césped del Hipódromo de San Isidro, superando el siempre difícil desafío del terreno alterado, ese que pareció sufrir más de la cuenta la grandota Simpática Peluquera (War Command), la favorita, que no fue ni la sombra de sus mejores tardes volviendo al ruedo tras una breve inactividad por un problema físico.
Todo fue a pedir de boca para la zaina que Juan Oural tan bien pone a punto para el Stud Abu-Manza, pues adelante el tren fue frenético de la mano de Humorada Halo (Humor Acido) y Eleven Mile (Il Campione), que salieron en 22s84/100.
Ya al promediar al recorrido Glory Bomb las tenía a tiro y casi que por inercia fue dominando mientras las líderes cedían, distanciándose sin que Wilson Moreyra tuviera la necesidad de pedirle un esfuerzo extra.
El disco encontró a la ganadora con 4 contundentes cuerpos sobre Humorada Halo, que redondeó una valiente gestión, con Eleven Mile en tercero a media cabeza y Simpática Peluquera apenas cuarta a medio cuerpo, mientras la potranca Naja (Fortify) llegaba quita a idéntico margen, todo tras meritorios 58s50/100.
De la cría del Haras Firmamento Glory Bomb muestra un palmarés con 7 triunfos en 22 salidas, 3 de ellos por encima del nivel común ya que venía de imponerse en el Clásico Miss Terrible y en julio de 2023 se había llevado el Handicap Whipper In, aunque sobre 1200 metros.
Hermana materna de la también ganadora clásica Glory Scape (Cityscape), que también era de Abu-Manza y estuvo a cargo de Oural, Glory Bomb tiene la misma rama materna de Jazz Seiver (Super Saver), que se potenció cuando llegó a la cabaña de Juan Carlos Bagó, tras desarrollarse para los hermanos Sciacca, hace ya un par de décadas.
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