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Gstaad, la joya de Aidan O’Brien que hizo historia en el césped de Del Mar

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 1 nov.
  • 2 Min. de lectura

Tras 3 segundos de G1 consecutivos en Europa, le dio el primer éxito en la serie al preparador quedándose con el Juvenile Turf (G1), y permitiéndole convertirse en el más ganador de la historia


Gstaad hizo pesar sus fuertes antecedentes europeos / BREEDERS' CUP
Gstaad hizo pesar sus fuertes antecedentes europeos / BREEDERS' CUP

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Del Mar, California, Estados Unidos)

DEL MAR, California (De un enviado especial).- En una jornada que confirmó, una vez más, la jerarquía de los grandes nombres del turf mundial, Gstaad brilló con luz propia para darle a Aidan O’Brien su victoria número 21 en la historia de la Breeders’ Cup, y la octava en el Juvenile Turf (G1), cifras que lo consolidan como el entrenador más exitoso de todos los tiempos en el festival mundial del pura sangre.

Con la clásica chaquetilla de Derrick Smith, Mrs. John Magnier y Michael Tabor, el hijo de Starspangledbanner y Mosa Mine (Exceed And Excel) mostró un remate demoledor desde mitad de grupo, luego de un inicio algo complicado desde la puerta número 14. Con la serenidad y el talento que lo caracterizan, Christophe Soumillon lo fue trayendo poco a poco, encontró la línea abierta en la curva final y se lanzó con potencia para dominar en los 100 metros decisivos y vencer por tres cuartos de cuerpo al outsider Stark Contrast (Caaravaggio), mientras North Coast (Starman) completaba la trifecta.

El reloj marcó 1m34s93/100 para la milla sobre césped firme, y el triunfo aportó 520.000 dólares al potrillo criado en Gran Bretaña, que ahora suma 993.157 en ganancias con un récord de 3 victorias y 3 segundos en 6 presentaciones.

“Fue una actuación muy buena y Christophe hizo un trabajo estupendo desde la partida”, señaló Michael Tabor tras el éxito. “Aidan es un entrenador extraordinario, su ética de trabajo es incomparable. Mañana tenemos a Minnie Hauk (Frankel), así que ojalá podamos sumar otra victoria”, agregó con una sonrisa el copropietario del gigante Coolmore.

Soumillon, que consiguió su segunda victoria en la Breeders’ Cup, explicó: “Hacía veinte años que no ganaba aquí, pero para lograrlo hay que tener un caballo de verdad. Gstaad lo es. Desde afuera intenté copiar la táctica de Ryan (Moore) el año pasado con Henri Matisse (Wootton Bassett). En la recta final sentí que era juego terminado: lo hacía todo fácil, con fuerza y cabeza”.

Para O’Brien, cada Breeders’ Cup es una nueva página en un libro de hazañas que parece no tener fin. Su capacidad para detectar talento precoz, su precisión quirúrgica en la preparación y su obsesión por la excelencia lo mantienen en la cima. Y Gstaad, con su clase y determinación, le acaba de regalar otro capítulo inolvidable.



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