El hijo de Endorsement, que venía de ser distanciado por tratamiento, galopó de firme para ser figura en el viernes de San Isidro
Por última vez las gateras se ubicaron cerquita del público, de las tribunas, en el Hipódromo de San Isidro. Por última vez, el Clásico General Pueyrredón (G3) se corrió sobre 3000 metros, tras la decisión de las autoridades de solicitar su baja hasta los 2400 para la próxima temporada, prefiriendo transformarlo en uno más antes que preservar ese toque único que tenía (y, claramente, siempre desaprovechado).
Era el último refugio de un turf que nuestros padres o abuelos disfrutaron a lo grande, de otros tiempos, con esa magia que tenía correr distancias largas, esas en los que los más grandes cracks se lucieron y arrastraron multitudes. Ese que los más jóvenes podían revivir aunque sea momentáneamente y que, de aquí en adelante, solo verán por YouTube o leyendo alguna revista vieja que un coleccionista guarde como tesoro.
Mientras en Europa los fondistas (los fondistas de verdad) mantienen sus carreras hace siglos -sí, siglos-; o en Australia y Japón -no hay ejemplo más evidente de turf moderno...- los stayers tienen espacios importantísimos, en la Argentina los tiros se vienen reduciendo hace décadas, olvidando una categoría que gusta y entretiene, o, mejor dicho, que gustaba y entretenía.
El último héroe del Pueyrredón sobre 3 kilómetros fue He's a Rockstar, que no encontró mejor manera que lavar su imagen, pues venía de ser distanciado del primer lugar tras dar positivo en una condicional sobre 2000 metros de arena, también en el norte.
No fue sorpresa lo del caballo del Stud Pauli, que en 2023 había sido de los mejores 3 años en La Plata, llegando segundo en el Clásico Jockey Club de la Provincia de Buenos Aires (G2) y tercero en el Clásico Provincia de Buenos Aires (G2), mucho más en una carrera abierta y con un desafío tan difícil como ir lejos en los metros.
Gonzalo Borda dejó al alazán moverse con tranquilidad y a la expectativa mientras Te Super Adora (Super Saver) marcaba el camino bajo parciales de 24s61/100, 51s51/100, 1m19s39/100 y 1m45s10/100. Como tantas veces ocurre, en el Pueyrredón se corrió la partida y por eso las modificaciones comenzaron cuando llegó la recta.
Te Super Adora resistió bastante, con Don Trato (City Banker) y Soñador Spring (Greespring) atacándolo temprano y tardando en dominarlo. Pero las incógnitas se acabaron cuando He's a Rockstar finalmente arrancó -le costó entre los 800 y los 400 metros-, pasando de largo y separándose con solvencia para cruzar el disco tras 3m9s87/100.
Desde 2 cuerpos, Soñador Spring fue muy buen segundo con 2 1/2 largos más sobre el favorito Touch the Stars (Fortify), que por 3/4 de cuerpo y cabeza dejó completando el marcador a Don Champagne (Long Island Sound) y Te Super Adora.
Criado por el Haras Las Raíces, del entrañable Federico Caracoche, He's a Rockstar tiene por madre a la generosísima She's Amazing (Luhuk), que también produjo al G3 He's Cool y al ganador clásico Endozing, todos por Endorsement (Distorted Humor), que este año se mudó al Haras La Fortaleza y siempre es una fuente importante de stamina.
Marcelo Sueldo está a cargo de He's a Rockstar, que fue presentado por Juan Pablo Díaz, el nombre que quedará en la historia como el último ganador de una carrera sobre 3000 metros en Argentina.
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