El hijo de Dubawi de Godolphin ganó con solvencia el Chester Vase (G3) en Chester, pero tuvo una mala pisada poco después de cruzar el disco y debió ser sacrificado
CHESTER, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Un segundo bastó para que los sueños de ganar el Epsom Derby (G1) para Godolphin con el prometedor potrillo Hidden Law viraran a la tragedia. En uno de los accidentes más tristes que se recuerden en el turf inglés y europeos, el final del Boodles Chester Vase (G3-2400 m, césped bueno) de este miércoles en Chester, el hijo de Dubawi tuvo una mala pisada tras cruzar el disco primero, se lesionó y debió ser sacrificado ante la gravedad de la situación.
Lo que deberían haber sido crónicas ponderando las cualidades del ascendente alazán terminaron hablando de la dolorosa situación y de la pena de todo el equipo del entrenador Charlie Appleby ante una pérdida gigante. "Se fracturó. Cruzó el disco sin problemas, pero luego tuvo una mala pisada y se cayó, en uno de esos accidentes increíbles. Estoy muy triste por el Sheikh Mohammed y todos alrededor de Hidden Law, porque no es fácil tener un caballo con su potencial y en pleno ascenso. Quiero agradecer a todos en el hipódromo, que actuaron con mucha velocidad. Lo siento por Wayne, su peón, y todos en Moulton Paddocks, que trabajaron mucho con él", expresó, muy dolido, el preparador.
Hijo de Dubawi y la ganadora de grado Secret Gesture (Galileo), y propio hermano de la clásica Final Gesture, Hidden Law venía de dos excelentes triunfos condicionales, tras haber sido segundo en su debut, y en el Chester Vase, uno de los tradicionales preparatorios hacia el Blue Ribband, había superado por 3 cuerpos a Agenda (Galileo), crédito de Coolmore bien considerado por Aidan O'Brien, exhibiendo una interesante capacidad para asimilar la distancia.
Godolphin tiene su gran carta para el Epsom Derby con Arabian Crown (Dubawi), pero Hidden Law se perfilaba como otro protagonista fuerte de la carrera más importante del año para los 3 años en Europa. Sea del propietario más pequeño, o de una potencia de la hípica mundial, como la divisa del Sheikh Mohammed, imágenes y situaciones como las que se vivieron en Chester, duelen profundamente.
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