El entrenador reconoció que la idea de correr la potranca en el clásico fue de Juan Saldivia, su mano derecha; los riesgos de una decisión tan arriesgada y el futuro de la hija de Cosmic Trigger
Cuando Inconmensurable apareció confirmada para debutar en el Clásico Francisco J. Beazley (G2) del viernes último en el Hipódromo Argentino de Palermo, a muchos les llamó la atención. Pero más grande fue la sorpresa cuando en la columna del entrenador se leía el nombre de Juan Saldivia, la mano derecha de Roberto Pellegatta, con el que conforman un exitoso equipo de trabajo hace ya varios años.
"Que lo haga cualquiera, Ok. ¿Que lo haga Pellegatta?", se escuchó en las tribunas porteñas un rato antes de la hora de largada y mientras se le buscaba explicación a tan extraña aparición; el burerro la tiene clara... Hubo campana, la carrera y la hija de Cosmic Trigger haciendo historia al terminar llevándose la victoria.
Hubo estrenos triunfales en los clásicos de productos, pero siempre se dan cuando la temporada recién arranca. Que se produzca en una prueba como el Beazley y en una distancia como las 18 cuadras, es una rareza aquí y en cualquier lugar del mundo, aunque con Pellegatta de por medio ya nada sorprenda.
"Nunca hice esto, y no quería correr. Todo el mérito es de Juan, porque me animó a hacerlo. La anotamos 3 veces: primero en 1400 metros, y se anuló; después tuvimos un mes sin carreras y la volvimos a anotar, ahora en la milla, y otra vez se anuló. Al mes nos pasó lo mismo", cuenta el veterano preparador, dando las razones por las que Inconmensurable asumió semejante reto.
"Los dueños son un montón de amigos de Juan, los mismos que tuvieron a Senegalesca (Sebi Halo), creo que son 12, y para ellos es una diversión. Vienen al stud y charlando me comenta Juan que querían correr el clásico. Le contesté que si la creían buena, no la corrieran porque teníamos que tratar de cuidarla; pero insistieron. Pasa que Juan, como todos jóvenes, es de arriesgar más. Esta vuelta salió bien, pero también podría haber salido muy mal; después se acobardan y frustraste una potranca que podía ser muy buena. Juan trabajó muy bien con ella, que venía haciendo todo bien, pero los caballos a veces a la mañana son una cosa y a la tarde otra", suma el cuidador, ya en modo más conservador.
Y tiene sus razones para pensar de esa forma: "La lógica es debutarla en su categoría y, si le va bien, llega la de ganadoras de una. Pero sabemos que la realidad es que te obligan a ir a los clásicos, con la consecuencia de que el 70 por ciento de los caballos se arruinan. Hay veces que tengo uno que me gusta y después no gana ni la intermedia".
Sobre el futuro de Inconmensurable, Pellegatta anticipa: "Ahora no queda otra que ir al Selección, pero antes tenés que ver cómo queda después del esfuerzo que hizo, ya que a veces lo sienten muchísimo. Con este resultado todo cambió y ahora no nos podemos equivocar, porque te salió bien una vez. Para correr el Selección tiene que estar muy bien; la responsabilidad es mayor y toda nuestra. A favor tiene que llegó a la carrera muy preparada, porque la idea era debutarla en 2000 metros y ahora es poco lo que necesita para ponerse".
En el Beazley Roberto también presentó a Ooty (Dabster), que ganó el Jorge de Atucha (G1) y era una de las candidatas, aunque no pudo responder. Al respecto, comenta: "No consigo ponerla bien y ahora la voy a mandar al campo por un tiempo. Después de su carrera anterior se enfermó y un caballo necesita 2 ó 3 meses para recuperarse. Nos equivocamos al correrla. Pasa que no es fácil decirle el propietario que no va a correr, porque muchos creen que somos los dueños de los caballos y no es así, somos los entrenadores y así llegan los errores", cierra con autocrítica.
Inconmensurable ganó debutando el Beazley y fue una verdadera hazaña. A nadie puede asombrar que detrás de semejante historia haya un nombre como el de Roberto Pellegatta, que si algo sabe en la vida es de preparar caballos de carrera. Y mucho. Muchísimo.
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