Cargando exigentes 60 1/2 kilos, el tordillo alcanzó casi sobre el disco al potrillo Storm Sound, al que le daba nada menos que 9 kilos
Como hace un año, Tooru (60 1/2 kg.) atropelló desde lejos para quedarse con el Clásico Embrujo (L-1600 m, césped normal), la prueba central del muy atractivo viernes que diagramó el Hipódromo de San Isidro y que, además de permitirle al tordillo alcanzar el double-event, lo devolvió a los primeros planos tras un par de labores decepcionantes... Y cargando un exigente peso máximo.
Todo lo que necesita el hijo de Lizard Island es un desarrollo movido y un jockey atento y sin apuro, del resto se encarga encantado. Por un lado, el potrillo Storm Sound (Hi Happy, 51 1/2), livianito como pluma, se encargó de emplear esos parciales soñados; por el otro, el cordobés Facundo Coria tuvo paciencia y eficiencia para saber aprovechar las virtudos del caballo criado en el Haras El Wing y que representa a la caballerza As de Picas.
Salió bastante medida el puntero, en 24s27/100, pero después empezó a acelerar hasta dejar atrás los 800 metros en 46s80/100 y los 1200 al cabo de 1m10s12/100. Elliptical (Il Campione, 60) le puso presión durante un buen rato, pero en la recta dijo adiós y Storm Sound sacó un par de cuerpos que parecían difíciles de descontar.
Pero llegó el momento de Tooru, que bien abierto creció con velocidad para alcanzar en la cuadra final y dominar cerca del disco sacándole media cabeza de ventaja al valiente Storm Sound, mientras Full Serrano (Full Mast, 55 1/2) quedaba tercero a 3 largos, sufriendo problemas de tráfico que le impidieron definir.
Dándole 9 kilos de ventaja (una enormidad), Tooru pudo con Storm Sound en 1m35s5/100, sumó su sexta conquista en 26 salidas -sexta clásica- y si ahora corre el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1) en diciembre, estará más que merecido.
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