El crack de la corta superó por la cabeza a Ser Sincero y ahora quedó listo para los 3 G1 de final de temporada entre los sprinters
Con Labrado de por medio, el espectáculo está asegurado. Y en el lunes del Hipódromo Argentino de Palermo no fue la excepción, donde el bicampeón mantuvo su lugar al tope de una división apasionante como la de los velocistas y alcanzando la victoria por tercera temporada consecutiva en el Clásico Paraguay (G3), todo un récord.
Tuvo que ponerse el overol y trabajar tiempo extra el hijo de Le Blues, que quedó bastante lejos en la primera parte y, como de costumbre, remontó de los 500 metros al disco, cuando prendió los motores fuera de borda que desde hace ya más de 2 años lo tienen como referente máximo en el escalón.
Obviamente, el desarrollo se hizo muy veloz, con Arellano (Angiolo) sacando ventajas por el centro, pero marcado de cerca por Marshall Patrol (Violence), que por los 600 metros tomó la posta al frente.
A esa altura, Wilson Moreyra ya armaba la atropellada del favorito, que con esa forma de correr particular que tiene, manoteando y manoteando, empezó a limar diferencias hasta a 2 cuadras de la meta alcanzarlo. Pasó al frente y, cuando parecía que podría desprenderse, surgió desde más atrás Ser Sincero (Fortify) para exigirlo hasta la misma meta, que cruzaron con una cabeza en favor del crack.
A 2 cuerpos, Marshall Patrol se cansó en la parte final pero, de todas maneras, redondeó una labor por demás meritoria, con Qué Ta Güeno (Qué Vida Buena) completando la cuatrifecta confirmando su pertenencia a la élite.
Arellano (Angiolo) ya es un mortal más y lejos está del nivel que mostró sobre fines de 2023 y principios del actual calendario, y su quinto lugar, de la mano de su tempranera desaparición que fueron la más clara evidencia al respecto.
El Fruto (Il Campione) fue otro de los que decepcionó, llegando sólo sexto, delante del potrillo Pripioca Mio (Lucky Island) -claramente le queda grande todavía este nivel- y de Señor de Salva (Sebi Halo), que cerró la marcha pidiendo una baja en la categoría para retomar confianza.
Por si hacía falta algún dato para considerar excelente la nueva muestra de Labrado, el tiempo de 54s80/100 lo aporta, ya que la cancha principal de arena porteña no está precisamente voladora desde hace algunos días.
Fredi Vitorelli, uno de los propietarios del número uno de la corta, contó tras las fotos y la entrega de premios: "Todo lo que nos está haciendo vivir es inolvidable. Lo notamos muy bien, llegaba con un trabajo previo muy bueno y lo veíamos definiendo, pero carreras son carreras. Labrado nos da satisfacciones que no nos da ninguno de nuestros otros caballos. Cuando lo compramos, fui sólo al remate de El Paraíso, entraron unos amigos y están felices con todo lo que nos está pasando y nos viene dando.
"Desde muy chico tenía un amigo que entrenaba caballos y pasaba mucho tiempo con él, desde ese tiempo me apasioné. Sacamos a Springdom (Sebi Halo) y después vino Labrado, ya con los Bonetto en Venado Tuerto. Tenemos varios caballos con ellos y quiero felicitar a todos los chicos que trabajan que es todo responsabilidad de ellos.
"Labrado es único y la gente del interior que disfruta de las cuadreras lo viene a ver, a alentar. Tiene mucha hinchada en el interior, donde se vive distinto, y más con un caballo como este. Ojalá siga en este nivel y lleguemos al cuarto Paraguay. Otra vez quiero agradecerle a todos"
Labrado refrendó su título de máximo referente de la velocidad, y ahora quedó listo para enfrentar los 3 desafíos de G1 que aguardan en el final de la temporada. Primero irá por su tercer Suipacha (G1) al hilo, luego buscará recuperar el cetro del Maipú (G1), que ya ganó en 2022, y, finalmente, tratará de conseguir el único G1 de la corta que le falta: el Gran Premio Félix de Alzaga Unzué (G1), del que fue retirado de partidores en 2022 y en el que terminó tercero hace 10 meses.
Allá va el crack entonces, por más gloria. Mucha más gloria...
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