La hija de Fragotero aprovechó las facilidades y se quedó con el Clásico Espirita (L), sobre Punta Turquesa y Luz Delito
La generosidad de siempre de Lacanian Ink encontró este sábado el mejor premio. De punta a punta, como le gusta, con su sello, la hija del recordado Fragotero (Roman Ruler, 55) fue la primera estrella en brillar dentro del muy interesante sábado que propuso el Hipódromo de San Isidro, quedándose con el Clásico Espirita (L-1800 m), ratificando que el césped ligero la ayuda sobremanera y dando forma a la ilusión de poder llegar al Gran Premio Copa de Plata (G1) de diciembre, la carrera más importante del año para las yeguas.
Eduardo Ortega Pavón encontró el paso justo para la pupila de Juan Carlos Dalto, pues no debió hacer demasiado esfuerzo para hacerse de la delantera, pudo graduar a su gusto los parciales (25s6/100, 50s20/100 y 1m14s93/100) y, cuando llegó la recta final, se transformó en una muralla infranqueable, haciendo pagar a sus rivales la pasividad que mostraron.
Potente, la encaretada recorrió con firmeza los tramos finales y llegó al disco con 2 1/2 cuerpos de ventaja sobre Punta Turquesa (Fortify, 59), que la persiguió desde el salto, pero nunca dio la impresión de ser peligrosa. A 1 largo más, Luz Delito (Lizard Island, 60) rindió menos de lo previsto y completó el podio. El tiempo final fue de 1m49s27/100, con una pista muy abierta, hay que aclararlo.
Criada por el Haras El Mallín -también lo es de Subsanador (Fortify)-, y defendiendo los colores del Stud Flecha de Plata, Lacanian Ink logró por fin el objetivo que tantas veces se había propuesto y sorprendió a todos en el Espirita. Ahora deberá confirmar que la madurez le está dando otros bríos y consolidarse en este nivel, siempre duro, exigente.
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